Performance, Tania Bruguera, Artes Plásticas, La denuncia de hoy
Nosotros contra nosotros
Sobre la presentación que la artista Tania Bruguera piensa realizar en La Habana, pese a la negativa de las autoridades cubanas
Desde sus inicios, el castrismo supo inocular el odio entre cubanos; entre “revolucionarios” y “gusanos”; bien fueran unos y los otros aun hermanos, o padres e hijos, o amigos y amigos.
Si repasamos estos 56 años, podemos comprobar que el régimen ha vivido, sobre todo, de sembrar el odio, de dividir a la población, de echar a pelear a unos contra otros, sin que importara que, tanto unos como otros fuesen, como suele decirse, personas decentes, gente buena.
La única persona buena, noble, legítima ha sido la que, de corazón o no, haya puesto su fervor en pro de Fidel Castro. Es decir, clasificar como un buen ser humano ha sido sinónimo de “revolucionario”, “fidelista”, “comunista”, etcétera; solo eso.
Para ello, el régimen se ha apoyado en el control de los medios de información —todos en su nómina—, en la omisión, el engaño, la mentira más ruin. Pues, claro, la población no ha tenido acceso a la otra parte, a la que desmentiría las patrañas castristas. En fin, resulta muy fácil hacerle creer, a quien no tiene más opción, que el azul es verde. Por eso, pienso, habría que perdonar a tanta gente que, engañada, burlada, actuó en contra de su compatriota, y, por consiguiente, aun de sí misma.
La artista cubana de la plástica Tania Bruguera, desde días atrás, viene anunciando que hoy, 30 de diciembre, a las 3 de la tarde, hora de Cuba, realizará un performance en la Plaza de la Revolución de La Habana que, bajo el título, “#Yo también exijo”, tiene como propósito, entre otros, “pedir nuestros derechos” ; o sea, demandar del régimen que los cubanos tengan los mismos derechos civiles, económicos, políticos y culturales que cualquier ciudadano de un país democrático, y aun de los que no lo son tanto.
Al cierre de esta edición, Bruguera, luego de llevar a cabo varias reuniones con autoridades del régimen, ha mantenido su decisión de realizar el performance en el sitio escogido y con la participación de todo cubano o extranjero que quisiere.
Ella, en verdad, no tiene la ley a su favor para realizar lo que se propone, puesto que la legislación cubana establece que una actividad de este tipo debe ser organizada por las instituciones existentes en el país (todas del gobierno), no por un ciudadano en particular.
Así la situación, no obstante la Asociación de Artes Plásticas de la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), a través del periódico oficialista Cubarte, ha emitido lo que ellos suelen llamar un “comunicado”, en el cual expresa que la acción anunciada por Bruguera “Se trata de una provocación política, orientada en el mismo sentido de las tesis de los que la han difundido”.
Es verdad. Una provocación política, sin dudas. Una acción artística puesta en función de la política; como ellos, los gobernantes cubanos, realizan por cientos diariamente.
Expresa asimismo la Asociación: “Esta acción no persigue otro propósito que el de situarse en contra de las negociaciones que dan esperanza a muchos seres humanos, en primer lugar a los once millones de cubanos”.
Este es uno de esos párrafos ilegibles que acostumbran publicar las autoridades cubanas.
Pero veamos, a ver si entendemos: Tania Bruguera se ha propuesto destruir o hacer tambalear al menos “las negociaciones que dan esperanza a muchos seres humanos, en primer lugar a los once millones de cubanos”.
Qué poca monta, qué manera de mezclar, con todo propósito, absurdos. Qué melodrama. Qué humanismo los conmueve. Claro..., se refieren a las negociaciones que llevan a cabo el régimen y el gobierno de EEUU, que “dan esperanza a muchos seres humanos, en primer lugar a los once millones de cubanos”. La única palabra que hallo certera en este párrafo es “esperanza”, porque realidades, en Cuba escasean, y mucho. Y dicen ellos que también “dan esperanza a muchos seres humanos”, de otros sitios, naturalmente. Esto, al menos yo, no lo entiendo bien.
Todo lo anterior, al parecer, está en juego hoy con el performance que se propone la artista Tania Bruguera.
Pero el párrafo donde lo cómico y lo cínico hacen una combinación cinco estrellas, en mi opinión es este: “Los escritores y artistas cubanos merecen conocer esta nueva maniobra y no se dejarán confundir por una operación que pretende presentar este performance como un proyecto de pura creación artística”.
¿Cuándo, cómo se lo van a decir a los escritores y artistas cubanos que viven en la Isla?
Sabemos que los cubanos no tienen acceso a Internet, de modo que ningún ciudadano de a pie, artista de a pie, abogado de a pie, sabe lo que está pasando con el tema que nos ocupa, que hasta ahora ha sido tratado en la red.
No saben lo del performance de Bruguera, ni lo del comunicado de la Asociación de Artistas Plásticos, ni que Cubarte lo ha publicado, ni nada. Entonces, como dicen en México, ¿cuál es el problema? ¿Cuál el miedo?
Y lo de siempre, la misma tontería: “Y no se dejarán confundir por una operación que pretende...”. Lo de siempre, ellos, los castristas, saben lo que pasará, adivinan el futuro, “no se dejarán confundir”. Así han sido desde que existen: “Mañana, nuestro pueblo honrado y trabajador asistirá masivamente, con júbilo revolucionario a...”.
Cierra el exhorto de la Asociación con otra mentecatería típica del discurso revolucionario cubano: “Todo nuestro pueblo festeja hoy el regreso a la Patria de nuestros Cinco Héroes, así como el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos”.
Todo. Todo nuestro pueblo. Lo cual significa sin excepción. Todo. De manera que asimismo celebran eso que ellos dicen, los disidentes, los presos políticos, los contrabandistas, las Damas de Blanco, los artistas y escritores censurados, los que no tienen que comer, los que ahora mismo están tratando de armar la balsa para cruzar el estrecho de la Florida, los que poco les importa la política, los héroes y los villanos, etcétera, etcétera, etcétera.
Bueno..., y si vamos a ver hasta yo y el resto de los dos millones de cubanos que andan dispersos por el mundo estamos de celebración, porque formamos parte de ese pueblo, ¿no?
Señores de la Asociación y conexos, sean un poco más creativos, digan algo creíble, no patinen en el mismo fango, no sigan secándose con toallas de burdel, no se metan más autogoles, por favor; eso los daña ante la opinión pública internacional.
Pero bien, retomo lo dicho al inicio de estas líneas. Ocurra lo que ocurra o no ocurra hoy, este otro “performance” que ha lanzado la Asociación de Artistas Plásticos de la Uneac, tiene el propósito de siempre: dividirnos, sembrar el resquemor entre nosotros; me refiero a los escritores, artistas, intelectuales, pensadores cubanos de “adentro” y de “afuera”.
Hacer que nos alejemos cada día más, sobre todo los que viven en Cuba y los que no.
Sé que no pocos amigos que tengo, que tenemos, en la Isla, pintores, escultores, grabadores, dibujantes, si bien perteneciesen a la Asociación, no firmarían esa estupidez que esta ha dado a conocer, porque ni siquiera lo saben, o aunque lo supieran.
De modo que, al menos yo, seguiré admirando sus obras y en muchos casos su proceder honesto.
Debemos detener esta batalla de nosotros contra nosotros, a la cual nos han llevado como sin querer.
Ya ven. Así van las cosas.
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