Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Cortés, México, Cuba

Apuntes para una historia de la presencia cubana en México (I)

¿La primera “cubana” en México fue una hija de Hernán Cortés con una india taína?

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Los movimientos poblacionales históricos entre Cuba y México comenzaron en 1519, cuando Hernán Cortés zarpó de la Isla hacia las costas mexicanas, suceso que ya cumplió 500 años. Ese sería el inicio documentado, si no fuera porque además algunos arqueólogos y antropólogos creen que hubo contactos previos entre los mayas y los antiguos pobladores insulares (antes conocidos como taínos, siboneyes y guanajatabeyes), según lo sugieren las pictografías de la Cueva de Punta del Este en la antigua Isla de Pinos y otros sitios de reciente descubrimiento, pero este punto aún no se ha resuelto definitivamente, porque existen opiniones discrepantes entre los especialistas.

La conquista de México comenzó en Cuba, específicamente en la ciudad de Santiago, de donde partió la expedición de Cortés patrocinada por el gobernador de la Isla y su “casi” tío político, Diego Velázquez (quien sí era tío carnal de Pedro de Alvarado, uno de los principales lugartenientes del capitán extremeño).

Cortés salió de Cuba para emprender la gesta de la conquista de México, derrotando a un imperio y esclavizando a sus pobladores. Zarpó de Santiago e hizo al menos una escala en la primitiva Habana (ubicada todavía en el sur de la Isla (antes de su traslado a la costa norte en la ya conocida Bahía de Carenas), cerca de la desembocadura del río Mayabeque, o en la proximidad del poblado indígena de Batabanó, donde aprovisionó sus barcos.

Asombrosamente, la primera “cubana” en México fue una hija natural del conquistador español, tenida con una nativa de la Isla, al parecer llamada Leonor Pizarro, oriunda de los alrededores de la “Ciudad Primada” de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa (fundada en 1511), donde el español fue alcalde desde 1514 y poseía una encomienda; tuvo por nombre Catalina, y el padre le otorgó, no su apellido principal paterno de Cortés, sino el materno de Pizarro, el que ya había impuesto a su madre indígena, una mujer que según los indicios fue una india taína, y no española, como han afirmado algunos, pues Bernal Díaz del Castillo, testigo de primera vista, en su Verdadera historia de la conquista de la Nueva España, señala que “era una india de Cuba que se decía doña Fulana Pizarro”, y por tanto el cronista debió conocerla personalmente; en realidad, a la india taína se le dio el nombre de Leonor Pizarro en el bautismo (el mismo Cortés le pidió a Diego Velázquez que fuera su padrino), y Cortés nombra a su hija como su propia madre española, y al parecer la mestiza nació en Baracoa entre 1514 y 1515, durante su estancia allí como alcalde. El primer cargo oficial que tuvo el conquistador extremeño fue en Cuba, y así comenzó su experiencia en la administración pública, pues no se había estrenado aún como militar con mando, excepto un par de escaramuzas sin mayor trascendencia.

El padre reconoció legalmente a esta muchacha ya a la edad de 15 años, en 1529, y la casó con el conquistador Juan de Salceda, aunque al fallecer Cortés, su madrastra Doña Juana de Zúñiga, Marquesa del Valle de Oaxaca, la despojó de todos los bienes que su progenitor le había asignado. Es importante mencionarla porque en realidad fue la mayor de todos los hijos del conquistador, la primogénita tanto de mujeres como de hombres. Su huella posterior se pierde en la historia, pero consta que se afincó primero en México, siguiendo a Cortes, y marchó tras él también a España, donde al parecer fue recluida en un convento por su madrastra, al fallecer su padre.

Bartolomé de las Casas, en su Historia de las Indias, también confirma que Diego Velázquez fue el padrino de esa hija de Cortés nacida en Cuba (Libro III, Capítulo XXVII). Y ya dije que Bernal Díaz, por su parte, con cierto desdén, dice que Cortés tuvo una hija con “una india de Cuba quien se decía doña Fulana Pizarro” (Capítulo CCIV). En la “Probanza de 1550” contra su madrastra Juana de Zúñiga, esta hija afirmó haber nacido en Nueva España, aunque no parece verdadera dicha aseveración, por la misma edad que declarar tener en ese momento, aunque también debe considerarse que la isla de Cuba era parte todavía para esa época del virreinato continental.

Como muchos otros conquistadores, Cortés no desdeñó procrear con hembras no europeas, de cualquier estamento, y por eso también tuvo con la princesa azteca Isabel Tecuichpo Moctezuma (1509-1550) una hija en 1527 (por estupro o violación), bautizada como Leonor Cortés Moctezuma (reconocida por él, pero nunca por la madre), quien casó después con Juan de Tolosa “Barbalonga”, uno de los fundadores del Real de Minas de Zacatecas, y cuya descendencia continúa hasta hoy en varias casas de la alta nobleza española titulada. Por ello, la primera “cubana” en México tuvo, entre otros parientes, una princesa azteca como media hermana.

En total, Hernán Cortés tuvo cinco hijos naturales (tres mujeres y dos hombres) con varias mujeres americanas, y seis hijos legítimos con dos españolas (tres hombres y tres mujeres). Fueron once hijos en total de los que se tiene registro. En 1529 logró la legitimación de sus hijos naturales por el Papa Clemente VII, y a todos les concedió bienes en su testamento en 1547, dictado pocos días antes de morir en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla.

Es sugerente que la primera cubana en México fue la hija mayor mestiza del Conquistador y también una de las primeras criollas en la Nueva España, y así se inició el intenso y constante intercambio entre cubanos y mexicanos, el cual llega hasta la actualidad.