Actualizado: 25/04/2024 19:17
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El puente de plata

Emigración de artistas e intelectuales: ¿Un problema generacional?

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X Alfonso, uno de los grandes talentos de la música cubana actual, entrevistado por la agencia EFE, dijo que lo que separa a su generación de las anteriores es que están tratando de hacer música desde Cuba.

"Antes preferían irse fuera, hablar mal del gobierno cubano para hacerse publicidad o para acabar trabajando en la construcción (…) tiene más atractivo hacer música cubana en Cuba porque cuando vives fuera del país pierdes el hilo de lo que pasa", dijo.

Cuando parecía que ya habíamos escuchado bastante, comienzan a regresar las posiciones reduccionistas, sorprendentemente en la "nueva generación" a la cual se refiere Alfonso. ¿Ya no se van los músicos de Cuba? ¿Por qué se van? ¿Por el 'bloqueo' de Estados Unidos? ¿O por la imposibilidad de hacer sus carreras tal y como desean?

El discurso de Alfonso se puede deconstruir de la siguiente manera:

-'Antes preferían irse': ¿Y ahora no?

-'Hablaban mal del gobierno para hacerse publicidad': ¿Los verdaderamente grandes no han demostrado su valor más allá de las ideas políticas?

-'Para acabar trabajando en la construcción': ¿También no sucede dentro de la Isla, donde el mercado musical es una quimera?

-'Cuando vives fuera del país pierdes el hilo de lo que pasa': ¿Han perdido la cubanía los proyectos de Albita, Bebo Valdés o Paquito D'Rivera por desarrollarse fuera de unos límites geográficos determinados? ¿O también cabría la posibilidad de que cuando vives dentro del país pierdes el hilo de lo que pasa… en medio mundo?

Más que un simple algoritmo

El viejo esquema de que los músicos cubanos se marchan por motivos económicos y aprovechan la 'maldita circunstancia' de la Isla para hacer dinero, es insostenible. Responde a la lógica del autoaislamiento y la desinformación. La repercusión internacional de los músicos cubanos, vivan donde vivan y piensen lo que piensen, ha estado bastante alejada de lo que estos opinan sobre el régimen.

Cientos de miles de bailadores llenaron estadios y plazas para ver a la negra cubana que más sabor repartía: Celia Cruz. No pagaron entradas para escuchar una conferencia sobre sus convicciones políticas. Igual sucede con Silvio Rodríguez —signo contrario de por medio—, a pesar de que su propuesta artística está más vinculada con un público de izquierdas.

Algunos músicos emigraron y utilizaron la política para promover su obra. Otros se quedaron en la Isla e hicieron (y hacen) lo mismo para subsistir; pero unos cuantos cotizan bien alto en el mercado de halagos voluntarios al régimen. No se les puede medir con la misma vara.


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