Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Humor

Viva el deporte

Si Cuba gana el Clásico Mundial, la prensa celebrará la superioridad del deporte revolucionario sobre el rentado... y la del picadillo de soya sobre el filet mignon.

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Gracias al Clásico Mundial de Béisbol, la selección nacional de pelota, luego de acumular un extenso historial enfrentando equipos universitarios norteamericanos o a la siempre temible escuadra de Aruba, podrá demostrar su valía enfrentando a lo mejor del deporte rentado.

En un principio pareció que el equipo cubano iba a conseguir una victoria apoteósica por no presentación, gracias a que el gobierno norteamericano había decidido no concederles el permiso de participar. Pero eso hubiera puesto en entredicho la importancia del propio campeonato: ante la ausencia de los cubanos, quienquiera que hubiera ganado habría quedado preguntándose: "¿Cómo puedo considerarme el mejor, si no me he enfrentado a alguien que se llame Vicyohandry y que a pesar de eso es capaz de jugar pelota?".

Luego, los norteamericanos se lo pensaron mejor y decidieron concederles el permiso a los cubanos. El Comandante, tan rápido siempre en sus respuestas, esta vez se tomó seis días en anunciar que el equipo cubano asistiría al torneo. Evidentemente se trataba de una nueva provocación norteamericana fraguada en los cuarteles generales de la CIA, en complicidad con la mafia cubana de Miami.

Picó, pero con cautela

El Comandante se vio en una disyuntiva tan trascendental como la de Hamlet: "¿pico o no pico? Si no pico pierdo el granito y si pico me ensucio el pico y no podré ir a la boda de mi tío Perico". Y el Comandante picó. Eso sí, con cautela.

Semanas atrás, en respuesta a la negativa de permiso, Alberto Juantorena, vicepresidente del INDER, había declarado que "el miedo lo tienen ellos (EE UU), porque saben que si el equipo de Cuba asiste, cualquier cosa puede ocurrir, porque tenemos calidad suficiente para imponernos".

En cambio, ahora el Comandante apelaba a la más secreta de sus virtudes, la modestia: "No vamos a decir que somos los mejores", dijo el gobernante en una improvisada conferencia de prensa en medio de la trascendental Batalla de los Carteles. "Vamos a luchar a pesar de que ellos nos han robado muchos peloteros". Antes había dicho que por cada desertor surgían diez jugadores de mayor calidad.

Para el que no conozca el modo de razonar del Comandante, esto puede parecer una contradicción. Pero el que lo conoce se da cuenta enseguida de que se trata de una táctica para confundir al enemigo y, de paso, al resto de la humanidad. Porque si de algo está convencido el Comandante, es que nunca se sabe quién es el enemigo hasta que no sale dando declaraciones en Radio Martí.