En primera persona
Sanidad y alimentación: Los sueños del Comandante y las pesadillas de la población.
Se dice que se le deposita a la familia 50 CUC (pesos convertibles. Un peso convertible = 0,80 centavos de dólar = 24 pesos cubanos) en un banco, dinero al que sólo pueden tener acceso cuando el médico regresa, no vaya a ser que decida quedarse y, entonces, ¡no hay alcancía! Y en cada país se les da una pequeña cantidad en dólares, unos 100 o 200, depende del convenio que se tenga, cantidad risible si se compara con los salarios que devengan sus colegas en el resto del mundo. La mayoría de estos profesionales regresan con grabadoras, televisores, lavadoras, vídeos, DVD, etc., y están dispuestos a separarse de sus familias por el tiempo que sea necesario, porque el sueldo que reciben por trabajar en Cuba no les alcanza para nada.
Tratado sobre el salario
Hagamos un cálculo elemental: un médico puede devengar, al mes, 600 pesos cubanos (una enfermera o enfermero intensivista: 385 pesos), un salario elevado al compararlo con el de otros profesionales. Si se divide entre 24, que es la tasa de cambio actual para el peso convertible, el médico recibe 25 CUC. Antes, el CUC era equivalente al dólar, pero en marzo pasado, el Comandante decidió gravar al dólar con un 18%, y a otras monedas con un 8%. O sea, si usted tiene familiares en el extranjero que le envían 100 dólares, recibirá 80 pesos convertibles; si le envían 100 euros, recibirá unos 106 pesos convertibles. No trate de entenderlo, ni busque razones económico-científicas que expliquen estas tasas de cambio.
Pero dice el Comandante que esta cuenta es incorrecta, ya que el salario real es más elevado porque aquí no se paga alquiler por la vivienda, y la educación y la salud pública son gratuitas. Sin embargo, esta es otra verdad a medias. En primer lugar, sí se paga renta (mi familia tenía que abonar 70 pesos al mes por la renta de nuestro apartamento). Subsidiada, pero se paga, con el agravante de que usted jamás será el dueño real de su casa: podrá tener la propiedad, el documento legal, pero no podrá disponer de ella (por ejemplo, no la puede vender, porque la compraventa entre particulares es ilícita; no puede alojar a un extranjero amigo en su casa, tiene que pedir un permiso especial, etc., más un montón de otras restricciones arbitrarias que violan los más elementales derechos sobre la propiedad.
Para más información, recomiendo consultar el artículo publicado el martes 30 de agosto, en Encuentro en la Red, ¿Esta es tu casa?, de Leonardo Calvo Cárdenas.
En segundo lugar, es de todos conocido que el dinero para financiar la educación y la salud proviene de lo que cada país decida destinar, de su Producto Interno Bruto, para estos fines. En Cuba procede, por tanto, de las riquezas generadas por el pueblo trabajador porque, hasta donde yo sé, el Comandante no saca ese dinero de alguna herencia personal misteriosa, o sea, no sale de su bolsillo.
Se destinan, es cierto, recursos importantes hacia estos sectores, pero a costa de pagar sueldos de miseria durante 46 años a varias generaciones de cubanos. Entonces, el Comandante dice que es gratuita, cuando, en mi opinión, en estos momentos, la educación y la salud pública en Cuba son de las más caras —y más malas— del mundo.
La cuenta real
Por si esto no fuera poco, hagamos un cálculo sencillo, para después continuar con nuestro análisis. Supongamos que Juan es un cirujano soltero, sin hijos, ni padres, ni abuelitos y gana 600 pesos cubanos al mes. Algunos de sus gastos mensuales podrían ser (he redondeado los precios, para facilitar las cuentas. Recuerden que un peso convertible = 0.80 centavos de dólar =24 pesos cubanos. Relaciono, entre los productos de la shopping, los que no se venden en la bodega a precios subsidiados o que, si se venden —como es el caso del aceite, el pan y el jabón— no "llegan" siempre, son de pésima calidad o corresponde una cantidad muy pequeña, como el pan: un pancito redondo, como el de las hamburguesas, más chiquito, al día, por persona):
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