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Con ojos de lector

Cenizas y diamantes

En su segunda novela, Senel Paz vuelve con otro estilo y desde una nueva perspectiva al ambiente y los personajes de sus obras anteriores.

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Por fin. Le costó lo suyo, pero lo consiguió. Diecisiete años después de que su cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo ganara el Premio Juan Rulfo y catorce de que fuera adaptado al cine, con el título de Fresa y chocolate, Senel Paz (Fomento, 1950) comparece de nuevo ante los lectores con su segunda novela, En el cielo con diamantes (Bruguera, Barcelona, 2007, 426 páginas). En las numerosas entrevistas que concedió durante la gira promocional ("Creo que nunca en mis cincuenta años (sic) de vida había hablado tanto y dado tantas entrevistas como ahora"), tuvo que responder a la reiterada pregunta de por qué pasó tanto tiempo sin editar y se dedicó, en cambio, a escribir guiones para películas como Adorables mentiras, Malena es un nombre de tango, Eldesayuno más caro del mundo, Cosas que dejéen La Habana, Un paraíso bajo las estrellas, Sí, quiero, Maite y Una Rosa de Francia. Al respecto, Paz expresó: "Es mi retorno a la literatura, no a la escritura. Mi participación en el cine ha sido desde la escritura. Por otra parte, en todo este periodo no he publicado pero he escrito mucho. No escribo poco, publico poco. De hecho tengo mucho material, pero antes quise publicar En el cielo con diamantes para establecer un orden. Casi de inmediato voy a poder sacar un libro de relatos con vocación de novelas".

Con En el cielo con diamantes, Paz vuelve al ambiente y los personajes de sus obras narrativas anteriores, el volumen de cuentos El niño aquel (1980) y la novela Un reyen el jardín (1988) (nunca llegó a entregar a las editoriales Los becados se enamoran, libro del cual sólo llegaron a aparecer algunas narraciones en antologías y revistas). De ese mundo, el de los adolescentes del interior de la isla que en la década de los sesenta se trasladaron a La Habana para continuar sus estudios, participaba también su primer guión cinematográfico, Una novia para David (1985). De hecho, comparte con su nueva novela algunos personajes (David, Miguel, la gordita Ofelia), así como el tema del derecho a la libertad de elegir en el plano sentimental y afectivo que defiende el protagonista. El propio autor reconoce esa fidelidad y esa recurrencia, y ha expresado: "La verdad es que soy un escritor que siempre escribe sobre el mismo mundo, con los mismos personajes. Me guío por el personaje de David y en la medida que la vida de él se puebla de otros personajes y de otras experiencias, mi mundo literario se va inundando de más gente e historias".

En cierta medida, En el cielo con diamantes constituye una revisitación de la historia que Paz desarrolló en Una novia para David. Algo que, de antemano, implica una dosis considerable de riesgo estético, puesto que puede conducir a la repetición. Las diferencias entre novela y filme son, sin embargo, muy notorias, y no tanto por el hecho de que se trata de dos lenguajes distintos, que también, sino por el tratamiento al cual el autor somete aquella historia y por la voluntad evidente de acercarse a ella con ojos nuevos. A diferencia de la película, en donde las experiencias habaneras del adolescente provinciano eran narradas desde su perspectiva, ahora esa visión se ha enriquecido y multiplicado, al ser contada a dos voces, la del propio David y la de su amigo Arnaldo. Los dos se van alternando y se distribuyen de manera equitativa los 34 capítulos que conforman la novela, y que en lugar de títulos simplemente identifican al narrador al cual corresponden.

En esta nueva obra de la saga de David, Paz decidió que necesitaba una figura que le sirviera de contraste a su personaje, al tiempo que le brindara su hermandad. De ahí que incorpore a Arnaldo, quien en varios aspectos es el reverso de David. Éste es un joven serio, idealista, sensible, que aspira a ser escritor, y que no quiere tener relaciones sexuales hasta no encontrar a la muchacha amada. Arnaldo, por el contrario, es alegre, hedonista, así como un mujeriego incorregible que ve la vida de un modo práctico. La combinación de esas dos personalidades tan diferentes remite de inmediato a la inmortal pareja de Don Quijote y Sancho Panza, hermanos y jerárquicamente distintos, a los que Miguel de Cervantes convirtió en inseparables y opuestos.

La alusión a ellos no es fortuita ni arbitraria. El propio Paz ha manifestado su admiración por esa célebre novela, y reveló que en la suya utiliza una idea que tomó de Cervantes: antes de salir a emprender sus aventuras, Don Quijote siente la necesidad de tener una novia y un amigo. Algo similar hace él en En el cielo con diamantes, al lanzar a su protagonista a la búsqueda del amor y la amistad. Sólo que éste ignora que sobre él pesa una maldición que le fue revelada a Arnaldo por la mismísima Virgen de la Caridad del Cobre: "David está embrujado, le hicieron daño cuando estaba en el vientre de la madre, y si no conoce mujer antes de cumplir los diecisiete años, perderá la vida del modo menos honroso: quitándosela él mismo". Arnaldo hará suya la misión de impedir que ese hechizo se consume. Para ello contará con el apoyo de la patrona de Cuba, quien incluso le promete hacer algún milagro, si fuese preciso.

A partir de ese nudo argumental, Paz inserta un heterogéneo arsenal de materiales que dan a su novela un carácter polifónico y multiplica las perspectivas narrativas. Así, los relatos de David y Arnaldo no siempre avanzan en similar orden cronológico, y a veces el de uno devuelve a hechos contados en capítulos anteriores por el otro. En algunas ocasiones ambos dan versiones distintas de un mismo hecho, como es el caso de la partida de David hacia La Habana. Arnaldo además inventa escenas, se adelanta a otras, o bien congela una que se está desarrollando.


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