Actualizado: 29/04/2024 2:09
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A Debate

Indignación intelectual (V)

Reacciones ante la Declaración del Secretariado de la UNEAC.

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Estimada Zenaida:

Estoy de acuerdo contigo y te agradezco mucho que me hayas incluido entre los destinatarios de tu carta.

TEMA: La exaltación de ex comisarios políticos

Ahora bien, en el texto de la Declaración se afirma que en las dos reuniones se buscó una respuesta consensuada con algunos de los autores de protestas (de hecho, con los primeros cronológicamente), lo cual es total y absolutamente cierto. Pero ni yo ni Arturo Arango, ni otros autores de protestas, participamos en la posterior formulación escrita de esa respuesta, ni en su revisión y aprobación final, lo cual explica que, como es debido, la firme sólo el Secretariado de la UNEAC, y no ninguno de los autores de protestas, ninguno de los cuales es miembro del Secretariado. Lamentablemente, la redacción da la impresión de que somos cofirmantes del documento, a pesar de que algunos de nosotros —que yo sepa hasta ahora, por lo menos Arturo Arango y yo— tenemos numerosas objeciones que hacerle al texto mismo, cuya formulación no refleja la franqueza, profundidad y firmeza con que, con nombres y apellidos, hechos, fechas y los correspondientes calificativos, se debatieron esos temas en esas dos reuniones, reuniones de las que la UNEAC, nuestra UNEAC, puede estar muy orgullosa y no tendría nada que ocultar.

Como miembro del Consejo Nacional de la UNEAC y como miembro de filas, confío en que se subsanará lo ocurrido.

Con saludos cordiales

Desiderio Navarro

P.D. Acabo de leerle esta carta a Arturo Arango y está totalmente de acuerdo con su contenido.

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Frente a la insurgencia beligerante de la ignorancia y la mediocridad

Nada hace más fuerte a una Revolución y a sus protagonistas, los revolucionarios, que ser justos, que no admitir jamás un acto injusto. La Unión de Escritores y Artistas de Cuba interpreta y asume esa lección ética, martiana y fidelista de impedir, con el ejercicio de su autoridad y prestigio, la impunidad de ese abuso del poder que llevó a un nivel de nuestra Televisión a pisotear sus obligaciones éticas desarrollando o pretendiendo promover un diseño que entra en contradicción con el de la política cultural de la Revolución, política de respeto y exaltación de la libertad de creación y del trabajo intelectual, y de la intelectualidad que lo hace posible. Es cierto que ese mismo medio de comunicación ha sido en estos años instrumento eficaz para llevar a todo nuestro pueblo, y a otros ámbitos, el mensaje político-pedagógico de quien ha sido nuestro gran comunicador; pero es cierto también que desde algún nivel de esa institución, probablemente por ignorancia beligerante y usurpadora, se lastima a fondo el afán apasionado que encabeza Fidel de elevar el nivel cultural y para ello intelectual de nuestro pueblo, potenciado por los altos logros de la Revolución en el campo de la instrucción. Un pueblo de poco más de doce millones de habitantes, con más de ochocientos mil universitarios y cientos de miles de personas educadas en nivel superior al medio, pueblo sin analfabetos y en el que se ha generalizado la enseñanza hasta el noveno grado; es el pueblo que merece ser y es y tiene que ser el protagonista real de la batalla de ideas, si, paralelamente, no se desarrollara desde un instrumento que ha terminado por ser usurpado en ciertos niveles, otra campaña de exaltación de la vulgaridad, el mimetismo de lo peor de la programación que promueve el Imperio, y que favorece la destrucción del idioma, reflejo de la claridad, estructura y ejercicio y expresión del pensamiento. ¿Por qué, a partir de qué premisas? No lo sabemos.

Ratifico más que suscribo la Declaración que acaba de hacer la UNEAC y espero y llamo a evitar que la usurpación y desnaturalización de los derechos de la Revolución y su diseño cultural pueda continuar. Lo hago desde la serenidad pero subrayando urgencia. Donde la batalla de ideas debiese tener su primer bastión no tendrá lógica alguna que aparezcan sepultureros. La ignorancia y la mediocridad beligerantes son el peor enemigo interno de la Revolución.

Conocen las más altas autoridades de nuestra dirección, así como el Ministerio de Cultura y el Partido, desde el primer instante el rechazo indignado que he expresado directamente, es decir, como me corresponde, ante la vejación reiterada de que ha sido objeto la intelectualidad cubana y, en la práctica, esa inteligencia que la Revolución ha despertado, formándola desde la educación, para que fuese, como comienza a ser, el activo más importante de nuestra sociedad en la época, el primer siglo en el que el saber deviene la mayor riqueza espiritual, social y económica. El pilar del futuro.

Cuanto ha pasado en estos días no es sólo una afrenta a la intelectualidad cubana, a nuestra cultura en su expresión artística, ha sido, es, una trampa tendida desde esa mediocridad e ignorancia beligerantes, a Fidel y Raúl; un juego de intereses empeñado en confundir y dividir. Saludo el esfuerzo ahora centrado en la Declaración de la UNEAC, dirigido a impedirlo.

Repetiré con esa Declaración "La política cultural martiana, antidogmática, creadora y participativa de Fidel y Raúl, con 'Palabras a los intelectuales' es irreversible".

Alfredo Guevara


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