Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Mentiras del reflexionador en jefe

Quizá Castro ya necesita un nuevo equipo de coordinación y apoyo que corrija las falsedades de sus columnas en 'Granma'.

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Fidel Castro ha añadido una nueva modalidad a su columna en el diario Granma. Recientemente dijo: "prometí continuar hoy las reflexiones, utilizando noticias textuales y añadiendo los comentarios pertinentes".

Esta introducción grafica la anomalía de la información que recibe el pueblo cubano. En ningún periódico de un país democrático puede alguien darse el lujo de reproducir textualmente —para comentarlas— informaciones de agencias de prensa que el lector puede leer, escuchar y ver en otros rotativos, emisoras de radio, televisión, internet. Sería como autogarantizarse la derrota frente a la competencia.

En una columna periodística el lector generalmente busca, por otra parte, la mayor anchura de criterio y no muy breves acotaciones que dejan vastas zonas sin explicación.

Pero no vamos a analizar la prensa nacional, que ya sabemos cojea de todas las patas. Esta condición, por supuesto, le impide avanzar. El de la Isla es más bien un periodismo en retroceso, porque el mundo no deja, aun con sus ahogos, de adelantar.

El reflexionador en jefe

La reproducción textual de ciertas informaciones no constituye obstáculo para que la realidad sea distorsionada en los breves comentarios de Castro.

Recordaremos un paradigmático manojo de mentiras recientes, todas en un breve párrafo del comentario titulado Sed de Sangre II. Según Castro, el embajador de Estados Unidos en Chile, Paul Simons, "se fue de lengua":

"Se fue de lengua, hablando de un plan que todavía el gobierno chileno ni siquiera ha mencionado públicamente, ni consta que se haya tomado decisión sobre lo que parece un sueño de Las mil y una noches".

Si ocultar un hecho en la prensa es también mentir, aquí hay, aunque asombre, seis mentiras.

Mentira número 1

El tema al que Castro apunta y ataca pero no explica, y que abordó Simons, fue el impulso al plan denominado "Chile-California: Una Asociación para el Siglo XXI".

Siguiendo la política de alianzas que reporten ganancias al país, el gobierno de la nación austral dialogó con las autoridades de California para llevar a cabo un programa que, entre otros temas, incluye la especialización, en tecnologías de punta, de decenas de estudiantes chilenos en aquel estado, pagados por ambos países.

El programa establece básicamente áreas de cooperación donde resaltan la eficiencia energética, el cuidado del medio ambiente, el desarrollo de una agricultura sustentable, la cooperación agroindustrial y la innovación tecnológica, indica El Mercurio en su edición digital del pasado 14 de marzo.

Agrega el diario que la principal preocupación de ambas naciones es generar oportunidades para que más alumnos chilenos puedan acceder a doctorados en Estados Unidos.

El programa incluye, además, que estudiantes en desventaja perfeccionen el inglés en el país del norte antes de iniciar los estudios.

Téngase en cuenta que a California —a ella sola— se le considera una de las potencias económicas mundiales, y en tecnología —computación, por ejemplo— se encuentra también a la cabeza del planeta.

Mentira número 2

Además de no referir estas características intrínsecas al acuerdo, no dijo Castro que el presunto "irse de lengua" de Simons no tuvo lugar en una eventual entrevista ni mucho menos.

El diplomático citó a la prensa a la embajada y leyó la parte introductoria, en buena medida sobre la visita que en breve realizaría la canciller norteamericana Condoleezza Rice a Santiago de Chile, segunda y última escala de una gira que incluyó Brasil y excluyó Argentina.

Difícilmente, con la experiencia de Simons, pudo irse de lengua con semejante preparación. Y más difícil todavía, si se recuerda que las raíces del acuerdo Chile-California datan de la década del sesenta, fecha El Mercurio.


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