Actualizado: 25/04/2024 19:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Opinión

Pasión por los caudillos

Ignacio Ramonet, Fidel Castro y las causas perdidas.

Enviar Imprimir

Aunque la Declaración Universal está redactada de modo tal que puede acoger interpretaciones amplias, acordes con las particularidades de cada democracia, es evidente que las leyes cubanas infringen este principio fundamental, por mucho que Ramonet y otros se empeñen en negarlo.

Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos —que el Estado cubano continúa sin suscribir— prevé la suspensión de algunos derechos siempre y cuando se cumplan estrictas condiciones, lo que no equivale a dar carta blanca a regímenes represores para que suspendan la vigencia de tales derechos: "Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida que la prevista en él".

Acceso ilimitado

Según se ha dicho en los medios de prensa, la obra de Ramonet es una recopilación de más de "100 horas" de conversaciones sostenidas con Fidel Castro, entre finales de 2003 y diciembre de 2005. Sin entrar en la polémica de si algunas partes del libro son un refrito de discursos e intervenciones de Castro y sin analizar el contenido del libro, llama la atención el acceso ilimitado que ha tenido Ramonet al gobernante cubano.

De otro modo no se pueden interpretar las 100 horas (así, en números redondos) concedidas por Castro y que, aun a lo largo de dos o tres años, equivalen a varias jornadas laborales de ocho horas. Incluso para un gobernante que tiene fama de trabajar incansablemente —dicen que hasta altas horas de la madrugada—, es mucho tiempo.

¿Qué tiene en común Ramonet con Gianni Miná, Frei Beto, Oliver Stone y otros, a quienes Castro ha dado tantas horas de su tiempo tan preciado para que lo entrevisten?

El Comandante, que en el ocaso de su vida y de sus proyectos ya no tiene a casi nadie que le escriba, sabe escoger muy bien a sus entrevistadores y se siente muy a gusto con estos intelectuales, que no esconden su admiración por él.

En enero de 2005, durante el Foro Social Mundial de São Paulo, circuló en los medios de prensa una foto donde Ramonet, eufórico, levantaba el brazo de Chávez en señal de victoria. Todo parece indicar que Chávez ganará las elecciones presidenciales de diciembre, con lo cual su segundo mandato consecutivo llegaría hasta 2013.

La Constitución vigente, redactada con el apoyo mayoritario de los partidarios de Chávez, permite apenas una reelección consecutiva. ¿Dirá algo Ramonet si Chávez y la bancada oficialista en el órgano legislativo introducen reformas para permitir otra reelección del mandatario en 2013?

De momento, el presidente venezolano ya amenaza con modificar la Constitución si la oposición no presenta candidato en las presidenciales de diciembre.


« Anterior12Siguiente »