Radiografía de una cumbre
A pesar de todo, la finalizada cita de los No Alineados se mantuvo lejos de los objetivos del eje La Habana-Caracas-Teherán.
En el plenario de la Cumbre, los norcoreanos fueron más directos. El presidente del Presidium de la Asamblea Nacional de la República Popular Democrática de Corea, King Yong Nam, se refirió a la política hostil de Estados Unidos contra su país y la crítica situación creada en la península coreana. Manifestó que Corea del Norte no necesita armas nucleares, pero que tenerlas es la garantía de la disuasión ante las reiteradas amenazas de Estados Unidos. "Mientras Washington imponga sanciones unilaterales y arrastre la situación en la zona a consecuencias impredecibles, mi país no regresará a las conversaciones", enfatizó el representante norcoreano.
En este contexto, resulta difícil dar crédito a la tesis de que Irán necesita del enriquecimiento de uranio con fines pacíficos, cuando su filosofía antinorteamericana es igual o superior a la de Pyongyang.
En el caso de Líbano, los cubanos tuvieron que retirar de la declaración el calificativo de "despiadada" con que se definió la agresión israelí. Los representantes del Movimiento deben haber quedado todavía más sorprendidos cuando el presidente libanés, Emile Lahoud, hizo desde La Habana un llamamiento a todos los países de Oriente Próximo a dialogar con Israel para lograr la paz en la región. "La solución pasa por sentarse en la mesa de negociaciones todos los países de Oriente Próximo. Ese es el mensaje que el Líbano da al mundo", aseveró.
Los malabares para no mencionar por su nombre a Estados Unidos se aprecian en este párrafo de la declaración final: "El NOAL no comulga con las tesis de que las guerras preventivas, las cárceles secretas, la invasión de países y los cambios de régimen son el camino a la democracia". Según analistas internacionales, esto significa que los países moderados consiguieron suavizar los textos aprobados por consenso.
Un detalle importante que no poseemos al escribir esta nota, es saber cuáles países manifestaron sus reservas ante determinados párrafos de la declaración final, u otros documentos.
Bonasso, portador de noticias
El escritor y diputado argentino Miguel Bonasso tuvo el honor de ser el primer delegado a la Cumbre recibido por Fidel Castro. Mucho más que eso, lo vio dos veces durante su breve estancia en La Habana.
Gracias al reportaje que escribió en el diario argentino Página 12 se pudo saber que Castro había sido operado el 27 de julio. O sea, cuando su secretario personal, Carlos Valenciaga, leyó la proclama de la sesión de poderes, el 31 de julio, ya habían pasado las horas de peligro de muerte inminente; aunque resultaba necesario "delegar" los poderes, porque el período de recuperación sería largo.
Por ahora, Raúl Castro se ha encargado de aclarar que el Comandante en Jefe sigue "dando órdenes por teléfono", lo que en buen castellano significa que sólo disfrutó de un breve período como "presidente interino" durante la Cumbre, para los efectos de las ceremonias oficiales. La recuperación de Fidel Castro no debe ser tan satisfactoria como la pintan, cuando ni siquiera pudo aparecer en público breves minutos.
Lo interesante es que en la primera entrevista con Bonasso, Castro se encargó de enaltecer el papel que jugará el presidente venezolano: "Hugo Chávez Frías se ha convertido en un líder mundial. Ha ido creando un modelo indestructible. No es portador de un socialismo extremo, sino realista. Indiscutiblemente, va a tener éxito en crear un gran partido que reúna y represente a todos los revolucionarios venezolanos", escribió el diputado argentino.
El otro detalle es que Castro, después de la operación, se dedicó a corregir el libro de su larga entrevista con el periodista español afincado en Francia, Ignacio Ramonet.
"Lo seguí corrigiendo en los peores momentos. No paré de corregirlo. No creas que lo hice cuando mejoré. Desde los primeros días. Y lo hice no sólo por su contenido, sino porque le había prometido al pueblo que lo revisaría antes de publicarlo. Así que pasé muchas horas dictándole a Carlitos" (Valenciaga, su secretario).
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