Actualizado: 25/04/2024 19:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Entrevistas

Política

La democracia según Rafael Correa

«No podemos permitir que un traidor llegue al poder y soportarlo cuatro años», afirma uno de los candidatos de izquierda a la presidencia de Ecuador.

Enviar Imprimir

¿No le suena raro el uso del concepto "revolución constitucional" en momentos en que buena parte de la izquierda democrática internacional prefiere hablar de "reformas"?

No, nosotros no estamos hablando de reformas; no estamos hablando de hacer menos malo lo que se venía haciendo. Hablamos de hacer un cambio de paradigma. El modelo de una democracia seudorepresentativa no da más, ha finalizado sólo por representar a los partidos políticos y sus intereses; el modelo neoliberal, en lo económico y lo social, no da más. Hay que hacer algo nuevo y mejor.

Por eso estamos hablando de una revolución constitucional, y nos ratificamos en ese término, que a nadie tiene que asustar. Nombramos al mejor ecuatoriano de todos los tiempos, a Don Eloy Alfaro, que fue el único que hizo una verdadera revolución en Ecuador. Nosotros queremos hacer una revolución pacífica, dentro del marco democrático y de la Constitución, pero una revolución. Un cambio radical, profundo y rápido.

¿Existe ese paradigma o va a reinventarlo?

Así es, hay que crearlo. Pero, por lo pronto, en el campo político está muy claro. La democracia representativa, ese sistema que se ideó hace tres siglos, no tiene razón de ser en el siglo XXI. Antes, cuando recién se independizaban nuestras naciones, se designaba a un representante para que fuera a Panamá al Congreso Anfictiónico, y después de nueve meses regresaba y le contaba lo que había hecho. Ahí se requería una democracia representativa.

En el siglo XXI, cuando sabemos en tiempo real qué está sucediendo, los ciudadanos queremos que nos consulten, que seamos los que decidamos. Esa democracia, en Ecuador, ni siquiera fue representativa.

Insisto, sólo representa a estas mafias llamadas partidos políticos. Hay que ir a una democracia verdaderamente participativa, donde se empodere al ciudadano. En estos momentos, el ciudadano de Ecuador está totalmente sometido a la partidocracia. En el campo económico, esa revolución consiste en cambiar un sistema rentista-financiero, que privilegia la especulación financiera, por un modelo económico que privilegie al creador de riqueza, al empresario, al microempresario, al campesino… con especial énfasis en la economía popular.

Es decir, esa forma de organización bastante autóctona de nuestro país: la pequeña escala, que además de generar riqueza y empleo, distribuye de mejor manera esa riqueza. Y en el campo social, parar el absurdo de que sólo el que tiene dinero puede educarse y sanarse adecuadamente.

Sin embargo, algunos opinan que estos experimentos han fracasado, desde Lenin y Stalin, pasando por la Cuba de Castro y la Venezuela de Chávez…

¿Quién ha hablado de estatismo? Creo que los modelos de Lenin, Stalin y Cuba tendrán que reformarse. Yo no soy estatista. Creo que en Ecuador debe haber 12 millones de empresarios, pero empresario no es sólo el que tiene millones de dólares y habla inglés.

Empresarios son también nuestros emigrantes en España, que cuánto arriesgaron para emprender una nueva vida. También nuestros indígenas. Todas esas formas de crear empresas deben ser apoyadas. Eso es lo que se llama socialismo del siglo XXI. No comparto con usted la idea de que Venezuela ha fracasado. Venezuela, junto a Argentina, es el país que más crece en América Latina. ¿Qué más se puede pedir?