Guillermo Rigondeaux, Erislandy Lara
Opositores y miembros del oficialismo de Brasil critican la deportación de Rigondeaux y Lara
Políticos brasileños han pedido explicaciones al gobierno tras denunciar que los deportistas fueron repatriados 'sumariamente', sin permitirles contactos con la prensa o con ONG.
Representantes de la oposición y el oficialismo de Brasil criticaron el lunes al gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva por la forma en que fueron deportados los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, quienes se fugaron de la delegación cubana durante los recientes Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, informó la AFP.
El mayor partido de la derecha, Demócratas, emitió una nota de "indignación" en la que acusa al gobierno Lula de "haber puesto el aparato de inteligencia del Estado" al servicio de la localización, captura y rápida deportación de los boxeadores, que en la madrugada del domingo llegaron a la Isla.
La carta, leída ante el plenario del Senado, abrió un debate sobre la deportación, el primer caso en que La Habana admite el regreso de deportistas que protagonizaron una fuga.
"El presidente Lula, que durante muchos años defendió los derechos humanos por las calles de este país, de repente nos decepciona permitiendo que la maquinaria policial de su gobierno los entregue a un país del cual ellos huyeron y al que demostraron que no querían volver", denunció el presidente de la Comisión de Exteriores, Heráclito Fortes, al leer la carta de su partido y anunciar que pedirá una investigación.
Demócratas declaró temor sobre el destino que aguarda a los deportistas. El propio Fidel Castro dijo que no serían encarcelados, aunque anunció que se les enviaría a una "casa de visita", sitios que el régimen cubano frecuentemente utiliza para detenciones.
"El gobierno de Lula fue eficiente como nunca antes para devolver los pugilistas a las manos del dictador cubano", afirmó el texto de Demócratas.
"Me gustaría haber visto una entrevista de ambos (atletas) con total libertad con la prensa brasileña. Me extrañó que no hubiesen dado declaraciones. Creo que esto debe ser objeto de un mayor esclarecimiento", dijo el senador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Eduardo Suplicy, reconocido defensor de los derechos humanos.
Suplicy dijo que llamó al ministro interino de Exteriores, Samuel Pinheiro Guimaraes, para pedirle que diese explicaciones al Congreso, porque las noticias sobre el caso lo dejaron "extremamente preocupado".
El líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, oposición), Arthur Virgilio, opinó que "Brasil rasgó la mejor tradición de su democracia con esa deportación sumaria", y anunció que oficializó un pedido para que los ministros de Justicia, Tarso Genro, y Exteriores, Celso Amorim, se expliquen.
Los boxeadores cubanos deben "tener el derecho de pelear donde ellos quieran". El futbolista "Ronaldinho Gaúcho está jugando" fuera de Brasil, en España, afirmó.
"La tradición de la diplomacia brasileña siempre fue la de garantizar, sin restricciones y sin ninguna posición político partidaria todos los derechos y garantías a cualquier ciudadano extranjero de paso por el país", agregó Virgilio, según EFE.
El peso gallo Rigondeaux, bicampeón olímpico y mundial de boxeo aficionado, y el welter Lara, campeón mundial amateur, fueron encontrados el jueves pasado sin papeles en un hotel de playa a 120km de Río de Janeiro, después de haber huido de la Villa Panamericana, aparentemente instigados por una empresario deportivo alemán.
La policía brasileña anunció el viernes que serían deportados porque ellos mismos dijeron que querían volver a la Isla. El sábado, de noche, salieron bajo el mayor sigilo en un avión fletado por La Habana, informó a la prensa brasileña el comisario Felicio Laterça. Según él, los cubanos "estaban felices de volver".
El periodista y escritor Elio Gaspari criticó el domingo el hecho de que las autoridades brasileñas no hubieran facilitado que representantes de la sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales entrevistaran a los cubanos antes de la deportación, garantizando así que su deseo era realmente volver.
"Lula colocó al Estado brasileño al servicio de la policía política de Fidel Castro", criticó Gaspari.
De acuerdo con los medios de prensa brasileños, en los interrogatorios a los boxeadores estuvieron presentes funcionarios de la embajada cubana en Brasil.
El caso podría haberse convertido en "un tema sensible, porque Brasil quiere mantener sus buenas relaciones con Cuba", que han sido la tónica desde el inicio del gobierno Lula en 2003, dijo a la AFP el politólogo David Fleischer.
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