HOY TODOS SOMOS IRANIES
Juan Antonio Blanco | 22/06/2009 2:02
Pese a las notabilísimas diferencias, Irán y Cuba son hoy Estados confesionales, excluyentes y extremistas. En Irán una teocracia islámica reprime derechos humanos básicos. En Cuba esa función la desempeña una elite de poder totalitaria en nombre del socialismo. Pero invocar el Cora'n o el Manifiesto Comunista es apenas una coartada. Que la congregación de fieles se reúna en una mezquita o en el local del partido comunista, es una pincelada folklórica.
La esencia es que ambos grupos se encaramaron sobre los anhelos de sus pueblos, manipularon sus agravios, esgrimieron de excusa una religión que prometía el paraíso, organizaron una iglesia de militantes que les siguiera de manera ciega y construyeron estados represivos con los que aspiran garantizar el disfrute eterno de su poder personal.
Otra similitud esencial es que los educados jóvenes de ambos países rechazan masivamente ese sistema de gobierno incompetente. Detestan a sus conservadores gobernantes y se horrorizan ante la perspectiva de que los condenen a vivir en el medioevo en pleno siglo XXI. Nos parecemos, ¿no es cierto?
Al parecer la mayor parte de los irani'es – en especial las relegadas mujeres- creyeron posible un cambio positivo haciendo uso de las instituciones vigentes. Apoyaron a un político de trayectoria conservadora – Mir Hossein Musavi- quien, pretendiendo una ruptura parcial con su pasado, prometía actuar, al menos, de manera más pragmática que el actual gobernante. De pronto descubrieron que el cambio limitado y constructivo al que aspiraban tampoco era posible.
Quizás nunca lleguen a saber que tal les hubiera ido con Musavi, pero han perdido lo que pudiera quedarles de ingenuidad respecto al sistema institucional que los gobierna. Tras las brutales jornadas del fin de semana el significado de las protestas trasciende el tema electoral.
Lo que ahora se juega en las calles no es solo la vida de los manifestantes sino el futuro de esa sociedad. Al intentar transformar la historia se están transformando ellos mismos. Nada será igual en Irán a partir de ahora.
Al contemplar por Internet ese derroche masivo de coraje frente a bastones eléctricos, chorros de agua, gases y balas, proclamo que “hoy todos somos irani'es”
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 22/06/2009 4:54
El extraño caso del Ayatola Chávez
Juan Antonio Blanco | 09/09/2009 22:12
Mientras los medios de todo el mundo informaban que el cineasta Oliver Stone le presentó a los asistentes al Festival de Venecia a Hugo Chávez –su nueva y rutilante estrella--, un hecho realmente relevante ocurría en un pequeño salón, a miles de kilómetros de distancia de los tuxedos y escotados vestidos de aquella fiesta del celuloide.
Brookings Institution, el afamado think tank cercano al Partido Demócrata de Estados Unidos, auspiciaba una serena presentación realizada por un anciano de 90 años, al que todos trataron con respeto y prestaron total atención. Su nombre es Robert M. Morgenthau. Veterano de la II Guerra Mundial, afamado jurista y amigo de personalidades y presidentes estadounidenses, Morgenthau ha ocupado el estratégico cargo de Fiscal del Distrito de Manhattan –capital de las finanzas mundiales- desde 1975. Apenas acaba de anunciar su retiro. Pero no era ese el tema de su disertación. Fue a Brookings Institution a hablar del nuevo ídolo de Oliver Stone: Hugo Chávez. Y lo que dijo estremeció a su selecta audiencia.
Morgenthau develó la existencia de un peligro claro e inminente: la alianza entre fundamentalistas iraníes, grupos terroristas islámicos, las FARC y el gobierno de Hugo Chávez. Una cooperación financiada con narcotráfico para el desarrollo de tecnología nuclear y misiles que estarán al servicio de quienes se opongan al Gran Satán del Norte.
El Fiscal sabe lo que dice. Lleva años investigando las operaciones financieras de Irán. No es un funcionario de Israel. Tampoco un halcón atormentado por pesadillas ideológicas, sino uno de los profesionales de más alto nivel y experiencia en su oficio. La audiencia no estaba constituida por conservadores del Heritage Foundation, sino por liberales del Brookings Institution. Sus opiniones no gozan de la libertad del intelectual o académico. Su cargo judicial le impide asumir la actitud del libre pensador.
No anda preocupado por la simple existencia de fábricas bajo control iraní en un país donde hay una reserva de 50,000 toneladas de uranio. No se inquieta sólo porque la existencia de cooperación militar, minera, nuclear y otras entre los ayatolas iraníes y el gobierno de Hugo Chávez hagan de Venezuela el lugar perfecto para fabricar y almacenar armas de destrucción masiva, lejos de los controles que se ejercen sobre Teherán. Robert M. Morgenthau tiene sus razones para preocuparse, sabe lo que dice y lo expresa de forma serena, sin aspavientos, porque lleva buen tiempo siguiendo los pasos financieros de Iran.
Las conclusiones de su exposición fueron precisas. Según el veterano investigador, el mundo no puede seguir asumiendo ligeramente las afirmaciones de Chávez ni pasando por alto la creciente influencia de Irán en el hemisferio occidental. Advierte que es hora ya de actuar y poner bajo microscopio las transacciones financieras del extraño Ayatola de Caracas.
Creo que en lo que a Hugo Chávez se refiere, seria más saludable seguir las valoraciones de Robert M. Morgenthau, que las del cineasta Stone.
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 09/09/2009 22:22