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Granma y su Disney World

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¿Que pasaría si mañana un destacado opositor sobrevolara La Habana y desde una aeronave –facilitada por el Presidente de Estados Unidos- arengara a la población a enfrentarse a las fuerzas militares que custodian un aeropuerto para poder aterrizar e iniciar una insurrección?

¿Que sucedería si las arengas del opositor a los manifestantes se viabilizaran desde el avión usando una cadena de noticias vinculada a la Casa Blanca y un carro altoparlante -financiado también por ella- localizado en medio de la multitud?

¿Como reaccionaria a esa situación el gobierno cubano? ¿Habría derribado el avión y abierto fuego contra los manifestantes que hubiesen querido seguir las consignas lanzadas desde aquel asaltando a los militares? ¿Que dirían la OEA y la ONU?

Ese improbable escenario acaba de ser escenificado en Honduras, pero el gobierno cubano y su prensa se abstienen de imaginar estas posibles comparaciones. Su creatividad la invierten en otros menesteres. Desean sumir al ciudadano de a pie en un fantasioso mundo concebido por la propaganda oficial. Para ello han de superar la capacidad imaginativa de Walt Disney.

En el Disney World de Granma “el pueblo hondureño” vino espontáneamente a recibir a su único e indiscutible líder al aeropuerto de Tegucigalpa. Por cierto, ¿como sabían el lugar y la hora si al partir de Washington Zelaya dijo dirigirse a El Salvador y el piloto no pidió permiso para ingresar al espacio aéreo hondureño?

El objetivo de las acrobacias del avión de Hugo Chávez y las arengas que se lanzaban desde el aire era el de provocar a las tropas que protegían el aeropuerto y que se produjera una masacre. Después que sus fuentes de desinformación hablaron de balaceras y cinco muertos tuvo que conformarse con una sola víctima cuyo victimario –al decir del respetado Ramón Custodio, Ombudsman y Presidente de la Comisión de Derechos Humanos en Honduras- no ha sido probado que hayan sido los militares.

Ayer la Sra. Xiomara Castro, esposa del depuesto Presidente, decidió abandonar su escondite para encabezar una manifestación callejera sin que ella ni los manifestantes –que esta vez se abstuvieron de acciones violentas- fuesen molestados.

Pero el Granma, que ya ha acusado a Obama de ser cómplice del derrocamiento de Zelaya, omitió decir que ella y su hijo habían estado refugiados desde un inicio en…. ¡la Embajada de Estados Unidos! Tampoco mencionó que hasta allí fue la manifestación a…. ¡agradecer a esa embajada su papel y la actitud constructiva de Washington en todo este proceso!

El Granma, ese valioso periódico multiuso cubano, tiene una tarea hercúlea por delante. ¿Recuerdan las incómodas evidencias que salieron de la laptop del difunto Comandante de las FARC Raúl Reyes? Creo que pronto conoceremos los detalles del modo en que operan los golpistas del siglo XXI en su estrategia regional de subversión de la democracia.

Deberían subirles también el salario a los creativos redactores del órgano oficial del Comité Central del PCC. Después de todo, hay que reconocer que su oficio no es nada fácil. Sobre todo desde que existen Internet y la TV satelital.



Siempre el Totí

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Al decir de la última “Reflexión” del oráculo cubano, Honduras es hoy un país “ocupado por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”. Se refiere a la existencia de la base de Soto Cano (Palmerola), bajo completa jurisprudencia hondureña, que obedece a un acuerdo de 1954. Curioso. Bajo esa lógica pudiera afirmarse que Cuba estuvo ocupada por el Ejército Rojo por cuatro décadas, desde 1962 hasta la retirada del último oficial y soldado ruso en el 2002.

Cuando se instalaron a lo largo de toda Cuba numerosas bases soviéticas - de cohetes nucleares, defensa antiaérea, unidades mecanizadas, artillería nuclear y convencional- el que ahora funge como oráculo les cedió el control total sobre los territorios que ocuparon. Los políticos y militares cubanos no podían entrar a ellas ni controlar las decisiones que tomasen ya que venían de Moscú. Su instalación en el territorio nacional fue verbal, sin mediar tratado ni discusión alguna con las instituciones nacionales sobre las consecuencias de aquella decisión. De ese modo arbitrario llegaron y luego fueron retiradas unilateralmente cuando a la URSS primero y a Rusia después les vino en gana.

Rebiya Kadeer, la exiliada uigur, a quien los políticos chinos ahora acusan de liderar la revuelta de esa etnia en Xinjiang, lo dijo con claridad: los regímenes totalitarios siempre acusan a una entidad externa de sus problemas. Si es en el Tibet, el acusado es el Dalai Lama. Si el problema es con una minoría musulmana como los uigur, la culpa es de Al Qaeda y la Sra. Kadeer. Lo mismo ocurre en América Latina. Si se depone a un presidente aliado de Fidel Castro y Chávez en Tegucigalpa, los totalitarios cargan la culpa a Estados Unidos y Carlos Alberto Montaner. Como Zelaya y su familia han tenido que agradecer el constructivo papel jugado por Washington y su embajada, ahora La Habana se concentra en Montaner.

El intelectual cubano ha devenido en el demonio favorito de la propaganda cubana desde la desaparición de Jorge Mas Canosa. Una suerte de Super Totí y baby killer al que pueden responsabilizar de cualquier cosa que no les guste o salga mal. Sea el otorgamiento de un premio internacional a una blogger independiente, la deposición de Manuel Zelaya en Honduras o el deterioro del sistema de salud en la isla.

El modus operandis de la actual propaganda contra Montaner me trae a la memoria la experiencia de un oficial de la llamada sección de medidasactivas de la Dirección General de Inteligencia Cubana. Al entonces joven y creativo oficial, le dieron la importante tarea de preparar un libro dirigido a desacreditar la imagen de Mas Canosa cuando el líder del exilio se encontraba en la cima de su popularidad e influencia. Al concluir su “obra” se imprimieron decenas de miles de ejemplares con la intención de distribuirlos en todo el planeta. Para su sorpresa, Fidel Castro en el último minuto vetó el libro.

Según me explicó el consternado oficial, el Máximo Líder consideró un error narrar la biografía y mostrar fotos de Mas Canosa. Por muchas distorsiones y mentiras que pudieran escribirse de la trayectoria del exiliado cubano, al final resultaba “humanizado”. El ente incorpóreo de Mas Canosa resultaba más útil a Fidel Castro que la historia de cómo un exiliado común y corriente llega a convertirse en una personalidad influyente. Era mucho mejor mantenerlo como un implacable Satanás al que los creyentes, para salvar sus almas, han de lanzar piedras como hacen aquellos islámicos que visitan la Meca en Arabia Saudita.

Ahora –sin dejar de lado a Estados Unidos aunque lo presida Obama- le toca el turno de “Gran Satán” a Carlos Alberto Montaner. Si cada vez que el oráculo lo dispone usted no lanza sus piedras contra el escritor cubano será declarado “políticamente incorrecto”. Su alma se perderá sin redención posible.



Zelaya “el simbólico”

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Como si fueran pocos los problemas que atribulan a Fidel Castro y Hugo Chavez por estos días ahora tienen que cargar con un personaje “simbólico”. Eso me dijo un amigo centroamericano al ver que el depuesto presidente hondureño se hizo presente en la frontera de su país con Nicaragua sólo para “halar la cadena”. Cuando hice un esfuerzo por comunicarle el importante papel de la simbología en el acontecer político mi interlocutor soltó una carcajada. “Usted siempre con sus doctrinas intelectuales. En Honduras le llamamos simbólico al que carece de “bolas”! ¿Me entiende?” Al instante comprendí su agudo enfoque.

No hay comparación entre la incontenible marcha de Mussolini sobre Roma y la aspavientosa caravana de Mel con sus autos refrigerados repletos de prensa internacional y diplomáticos venezolanos. Eso de exhortar a sus seguidores a “arriesgar la vida” para juntos emprender el “apoteósico” camino de Tegucigalpa ya era una desconsideración. Por varios días, los “zelayistas” tuvieron que atravesar a pie montes y ríos para evitar los retenes militares y reunirse con su líder. Pero Mel no llegó siquiera a tocar territorio hondureño –lo que en realidad pisó fue la franja internacional que separa a ambos paises- y dejó a su esposa y seguidores “embarcados” del otro lado. Allí, parado frente al país al que ha llamado a la insurrección para que le devuelvan la poltrona presidencial, Zelaya “el simbólico” haló la cadena….y su heroica imagen desapareció cual agua albañal.

Al pobre hombre no le van bien las cosas. Sus patrocinadores dan señales de exasperación. Al parecer no están dispuestos a acomodarlo indefinidamente en hoteles cinco estrellas. “Que se joda. Pónganlo a acampar en la frontera a ver si recapacita”. No sería extraño que su esposa Xiomara albergase preocupaciones más personales. “¿Será que Mel no tiene motivación suficiente para acudir a la reunificacion familiar? ¿Tendrá la Patricia Rodas algo que ver en eso?” Por lo pronto Mel decepcionó a quienes desearían elevarlo a la categoría de caudillo remacho cuando decidió interrumpir una conferencia de prensa en la frontera para parlamentar por celular con su esposa. Cada cual sabe sus problemas, ¿no?

Pero lo que más debe irritar a Caracas y La Habana es que las indecisiones de Mel han complicado los planes para provocar una masacre. Sin muertos no hay sed de venganza y sin odios no hay insurreciones.

La prensa oficial en Cuba y Venezuela insiste en historias terribles que hablan de cientos de muertos y miles de detenidos. Ellas nutren los blogs de ciertos “movimientos de solidaridad” que las difunden sin verificarlas. Hasta el presente sólo hay reconocidos dos muertos: uno en el aeropuerto cuando Zelaya exhortó a tomarlo desde un avión venezolano y otro en la frontera nicaraguense desde donde Zelaya (sin cruzarla hacia Honduras) exortaba a la insurrección. Y existe un debate inconcluso sobre la autoría de esos dos homicidios. El pasado domingo 26 – a apenas 24 horas del show mediático de Mel- en un estadio situado en las inmediaciones de Tegucigalpa murieron dos personas y otras seis fueron internadas en hospitales con heridas de bala tras un tiroteo entre hinchas de los equipos contendientes. Al parecer el retorno de Zelaya desata menos pasión que un partido local de fútbol.

Mel haría bien en buscarse otra cobija. El todavía no sabe con que clase de gente ha venido a dar. A estas alturas Fidel puede estar evocando sus días del Bogotazo y sopesando si sería preferible hacer los arreglos pertinentes para “modificarle la salud” y transformarlo en un nuevo Gaitán. En su desespero –no hay que subestimarlo- puede recurrir, como otras veces en su vida, a ideas disparatadas. ¿Quien sabe? A lo mejor hasta obliga a Mel a retar a Micheletti a un partido de fútbol en la esperanza de que surja la chispa que anda buscando.



Fidel y Chávez: reveses estratégicos

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A Fidel y Hugo Chávez se les nota un poco nerviosillos de un tiempo acá. Es comprensible.

El precio del crudo no va recuperar los niveles que permitían a la empresa petrolera venezolana ser rentable pese a su alta ineficiencia “roja rojita”. En Cuba sucede lo mismo con el níquel mientras que la ineptitud de la economía estatal impide que el incremento de las visitas turísticas genere mayores ingresos. Tampoco la isla produce alimentos suficientes por lo que en un 80% se compran a Estados Unidos. El malestar social crece tanto en Cuba como en Venezuela donde hoy el presidente Obama es mas popular que ambos mandatarios.

Los partidos de gobierno en países como Argentina, Brasil, Chile -que hasta ahora han mostrado una exquisita tolerancia hacia sus desaguisados - en pocos meses enfrentarán elecciones presidenciales con una oposición conservadora que parece aventajarlos en los sondeos de opinión.

Pero no para ahí la racha de mala suerte.

Han aparecido nuevas evidencias del vínculo entre las FARC y el gobierno de Correa en Quito así como de esa agrupación narcoterrorista y el gobierno de Chávez. Un video del Mono Jojoy y unos cohetes vendidos a Caracas por los suecos, - ahora capturados a las FARC- , ponen sobre la mesa la conexión operativa encubierta entre el fenecido socialismo del siglo XX y el que estos dos dictadores nos proponen para el siglo XXI. En Honduras, más allá de la torpeza cometida con la expulsión de Zelaya a Costa Rica, perdieron una importante base de operaciones y se ha sentado el precedente de que las subversión bolivariana es reversible. Las evidencias del modus operandis chavista que allí se vienen recogiendo pueden ser tan reveladoras como las encontradas en la famosa laptop del difunto comandante de las FARC Raúl Reyes

En resumen: la proyección estratégica regional del eje La Habana - Caracas se ha visto comprometida a corto y mediano plazo.

La “correlación de fuerzas regional” ha comenzado a girar en dirección contraria a sus objetivos. Es por eso que, en su desespero, acuden a un mayor aventurerismo incrementando las acciones encubiertas dirigidas a desestabilizar Honduras y lanzándose a fondo en el cuestionamiento del derecho soberano que asiste a Bogotá a seguir sus pasos cuando el pasado año ofrecieron a Rusia facilidades logísticas en Cuba y Venezuela para reanudar la presencia militar de Moscú en el hemisferio occidental. Mientras UNASUR se aprestaba a discutir en Quito el derecho de Colombia para otorgar facilidades a fuerzas estadounidenses convencionales carenaba en la Bahía de La Habana un submarino nuclear ruso la semana pasada. De eso nadie quiso hablar.

Algunos gobiernos de la llamada “izquierda moderada” en UNASUR le hacen el juego al ALBA con declaraciones ambiguas de tenue sabor “antiyanqui”, pero eso no le basta a Hugo y Fidel que salieron defraudados ante la imposibilidad de obtener una enérgica condena de Colombia en la reciente reunión de esa institución en Quito.

El hecho es que el reloj sigue marcando las horas y el tiempo se les acaba.

Si Honduras hace gestos positivos hacia las propuestas de Oscar Arias y esquiva o neutraliza hasta las elecciones de noviembre -con firmeza, pero también sabiduría y tacto políticos- las zancadillas desestabilizadoras que le vienen tendiendo los dos caudillos, será difícil que la OEA no se vea precisada a revisar su postura en el 2010 y los europeos seguirán los pasos que adopte la organización regional en este tema.

Por otro lado, a los países que vienen soportando las ingerencias de los pretendidos “socialistas del siglo XXI” se les presenta la oportunidad de virarle la tortilla al ALBA en el debate sobre las bases en Colombia previsto para la “cita presidencial extraordinaria” de UNASUR a darse dentro de unos días en Argentina. No es difícil imaginar que -de proponérselo seriamente- pudieran transformar el debate sobre las relaciones militares entre Bogotá y Washington en una discusión general sobre el otorgamiento de facilidades a la presencia militar de gobiernos y de grupos irregulares armados extranjeros, como son los casos de Rusia, las FARC y Sendero Luminoso. Si lo hacen es muy probable que Chávez, Correa, Morales y Fidel, se vean en un aprieto. Hasta Daniel Ortega tendría que responder por el amparo territorial ofrecido a grupos de pretendidos zelayistas hondureños y de otras nacionalidades que proclaman abiertamente estarse entrenando para iniciar la insurrección en Honduras.

En esas circunstancias, al cúmulo de recientes reveses estratégicos sufrido por el ALBA es posible que se agregase un serio descalabro diplomático si algunos gobiernos que han sido sus victimas se lo proponen.



La "Revolución Bolivariana”

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Existe un proyecto de transición regional hacia regímenes totalitarios que tiene su cerebro en La Habana, su banco en Caracas y ha venido instalando sucursales en Managua, Quito y La Paz. Pretendía abrir otra en Honduras, pero se la cerraron. Se presentó originalmente como redentor de grandes mayorías frente a las injusticias vigentes. Al igual que sus predecesores totalitarios del siglo XX, aprovechó el descrédito en que habían incurrido las clases hegemónicas y los partidos políticos de sus respectivas sociedades.

A la “tormenta perfecta” bolivariana contribuyeron décadas de exclusión social e insensibilidad política que descreditaron la capacidad representativa de la democracia realmente existente. Los totalitarios fraguaron una transición regional –gradual pero sistemática- con la que desmantelar las bases legales e institucionales de la democracia alegando su pretendido "perfeccionamiento".

Los gobiernos latinoamericanos de izquierda moderada no tomaron distancia de sus parientes radicales por dos razones: provenían de la misma familia política y su existencia les aportaba algunas ventajas. Los gobiernos conservadores veían todo aquello con cierto desdén. Como antes sucedió con otros regímenes totalitarios, la retórica apocalíptica del grupo radical parecía impracticable. Cosa de bufones. Estados Unidos, por su parte, estaba demasiado ocupado con otros temas y regiones.

Pero todo eso comienza a cambiar. Los bufones demostraron ser peligrosos: las oscuras relaciones con Irán y las FARC, los coqueteos geopolíticos con Rusia, la progresiva subversión regional de los pilares de la democracia. La contraofensiva comenzó con el ataque al campamento de las FARC en Ecuador, los golpes militares del gobierno colombiano a esa fuerza irregular y la captura de evidencias irrebatibles de sus nexos con varios gobiernos del ALBA. Luego vino la caída del precio del crudo que impuso límites al financiamiento del proyecto expansionista del eje La Habana - Caracas. El contragolpe de estado en Tegucigalpa vino a representar una sensible derrota de sus aspiraciones en Centroamérica.

En resumen: el proyecto de transición regional “bolivariano” se desenmascara, comienza a perder fuerza. Son buenas noticias. América Latina está necesitada de una genuina transición hacia otra historia – no el retorno a las vividas en siglo XX- en este cambio de época planetario.

Sin embargo, el único reto no es el de vencer a los totalitarios de izquierda sino también a los autoritarios de derechas. No solo a los creyentes en el Estado absoluto, sino también en el Mercado absoluto. Lo que se necesita no es que el viejo proyecto de la derecha venza al no menos vetusto de la izquierda, sino trascender ambos.

Es necesario como nunca antes fortalecer los pilares centrales de la democracia: rotación obligada de los gobernantes, pluralismo ideológico y electoral, autonomía y participación activa de la sociedad civil, Estado de Derecho, garantías a las libertades y derechos ciudadanos. El caudillismo, populista y reeleccionista, es tan perjudicial por la derecha como lo es por la izquierda.

Igualmente importante es arrancar las raíces que nutren la popularidad del proyecto totalitario: la realidad de que nuestra región exhibe el índice de desigualdad de ingresos mayor del planeta y la tendencia a achacar todos nuestros males a otros sin nunca reconocer y rectificar los errores propios. Nadie nos impone desde fuera la incompetencia, corrupción y mediocridad. El “imperialismo yanqui” no es quien “bloquea” el porvenir regional. Dejemos esas piruetas verbales a Fidel Castro.

No se trata solamente de cerrar el paso al socialismo de estado que ahora pretende retornar travestido como “socialismo del siglo XXI”, sino de trascender simultáneamente el fallido capitalismo latinoamericano que le abrió espacio aun después de desaparecida la URSS. En dos palabras: requerimos un nuevo pensamiento para una nueva época.

Los países latinoamericanos necesitan transformarse en sociedades de la información. Modernas, abiertas y democráticas. Con economías sustentables y equidad de oportunidades sociales. El nombre es lo de menos. Lo importante es que el gato cace ratones.

Si de revoluciones se trata la democracia ha demostrado ser la única revolución permanente desde la antigua Grecia y Roma. Es esa revolución y no otra la que debe capturar nuestra imaginación latinoamericana.



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La sociedad cubana ante el cambio

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Autor: Juan Antonio Blanco

Juan Antonio Blanco

Juan Antonio Blanco Gil. (Cuba) Doctor en Historia de las Relaciones Internacionales, profesor universitario de Filosofía, diplomático y ensayista. Reside en Canadá.
Contacto: jablanco96@gmail.com

 

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