Agujero Negro
Juan Antonio Blanco | 21/07/2009 13:19
Tags: Reformas, crisis financiera, Raúl Castro
¿Recuerdan los cartelitos que rezaban “Cerrado por reformas” que aparecían ocasionalmente en puertas de comercios o teatros? Me vinieron a la mente cuando leía el brillante análisis del internacionalmente laureado académico cubano Carmelo Mesa Lago (El País, Julio 12, 2009) sobre la situación de la economía cubana. Allá la situación parece que será la inversa. Un día el país completo tendrá que “cerrar” -declarándose en bancarrota- por no haberse reformado oportunamente. Cuba se ha cerrado al cambio.
¿Como anda la economía cubana? Muy mal, según el experto. Mesa Lago subraya que si se cumpliesen los pronósticos de algunos “pesimistas” y se llegase este año a experimentar una tasa negativa de crecimiento de -0.5% ese seria “el peor desempeño desde 1994”
A esa inquietante perspectiva hay que sumar la información aportada por el corresponsal del periódico mexicano La Jornada en su despacho del pasado 19 de julio. Según las fuentes de Gerardo Arreola, ha surgido un agujero negro de unos mil millones de dólares en cuentas sin pagar a las empresas extranjeras que negocian con Cuba. Su artículo incluye la siguiente observación: “Esta crisis en el sector bancario no la vivió Cuba siquiera en los peores momentos de la década pasada, tras la caída de la Unión Soviética.”
¿Y las acciones gubernamentales ante este cuadro? Los prometidos cambios “estructurales y de concepto” siguen brillando por su ausencia. Las escasas medidas adoptadas tienen la misma celeridad y eficacia de quien pretende correr en un pantano.
De las 100,000 solicitudes de tierras estatales ociosas presentadas hace diez meses se ha tramitado el 73% pero han sido efectivamente entregadas en usufructo el 38%. La producción nacional de alimentos continua cayendo y ya el pasado año costo al país $1850 millones de Euros importarlos. La ya exigua cuota racionada continúa disminuyendo en la mesa familiar. El salario real sigue descendiendo pese a algunos incrementos nominales y el recién autorizado pago a destajo se aplica a menos del 20% de la fuerza laboral. Todo llega tarde y en medida insuficiente. Mercuro cromo y curitas para hacer frente a heridas profundas de rápido desangramiento.
La Constitución vigente en la isla otorga formalmente el máximo poder al Partido Comunista de Cuba. Por su parte los estatutos que rigen esa organización política conceden la suprema autoridad interna al Congreso del Partido. Pero ese máximo órgano de autoridad y poder es un cero a la izquierda al que nadie consulta desde el pasado siglo (1997). Su convocatoria para fines del 2009 parece haberse extraviado. Si finalmente se convocase sería un acto litúrgico, no un congreso. Después de todo, ¿para que realizar esa o cualquier consulta en un país donde sólo vale una opinión?
Las recientes purgas demostraron que incluso a la más alta tecnocracia se le tiene prohibido opinar. Ser “librepensador” sigue siendo una actitud problemática en el “socialismo” cubano. Ni Raúl Castro escapa a ese principio. Cuando lo olvida enseguida lo corrigen.
Sólo Fidel tiene licencia para tener y expresar ideas sin cortapisa alguna. Y mientras el pueda “reflexionar” el país habrá que cerrarlo por ausencia de reformas porque no las quiere ni le interesan. Por estos días, con su bien pertrechada alacena, está muy ocupado preparando la “insurrección” en Honduras por lo que no puede ocuparse de las mundanas inquietudes alimenticias padecidas por simples mortales.
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Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 21/07/2009 15:01