El otro “ajuste cubano”
Juan Antonio Blanco | 27/10/2009 2:09
El país necesita un “ajuste cubano” al siglo XXI. Una transformación medular que libere las fuerzas productivas y reconstruya los mecanismos generadores de prosperidad. Mientras ese “ajuste cubano” no se produzca en la isla, los ciudadanos seguirán buscando el modo de acogerse a la ley de Ajuste Cubano en Estados Unidos o de probar fortuna en otra nación.
En un artículo publicado el domingo pasado, la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana, hizo un llamado al General Raúl Castro a liberar "toda la energía acumulada'' y "todo el talento restringido'' de los cubanos. El texto afirma sin ambages: "Es cierto que el talento abunda en la sociedad cubana. Pero en buena medida es un talento restringido, atado, reo de las mismas estructuras y políticas que lo crearon. En ocasiones se pierde, y en otras se debate en la impotencia y el sufrimiento, porque nada hiere más al talento que la imposibilidad de mostrarse y rendir frutos''. Cierto.
Recuerdo “a quien pueda interesar” que las energías y el talento restringido y perdido no se limitan a los once millones de cubanos residentes en la isla sino incluye a los otros dos millones de su diáspora. Cientos de miles de talentos se perdieron cuando fueron desterrados de por vida al imponérseles, de forma unilateral, la llamada “salida definitiva del país”. Hoy ya no es Estados Unidos el principal obstáculo a la inyección de capital y talentos al desarrollo nacional que puede aportar la diáspora. Son las leyes vigentes en Cuba las que siguen obstaculizando esa posibilidad.
No pienso exclusivamente en los grandes capitales que poseen algunos cubanos a quienes se les priva del derecho de invertir en su país como hacen los extranjeros. Más bien tengo en mente los miles de millones de dólares en remesas que podrían ser capitalizables si se abriese a los cubanos la posibilidad de emprender sus propias iniciativas económicas. También recuerdo los miles de profesionales, hoy en el destierro, que podrían contribuir en la reconstrucción de los mecanismos generadores de la prosperidad nacional una vez que ello se haga posible.
Levantar el bloqueo a la iniciativa económica individual y a la libertad de movimiento son medidas que tendrían un impacto inmediato en el elevamiento del bienestar de las familias cubanas. Es hora de que Cuba se aleje de las políticas restrictivas que en esos renglones comparte en exclusiva con Corea del Norte, nación en la que ya han conducido a más de una hambruna. Cuando se liberen las “energías acumuladas” y “talentos restringidos” a los que se refiere la revista Palabra Nueva los cubanos podrán, finalmente, poner todo su ingenio e iniciativa en desarrollar la nación en vez de tener que usarlos para construirse anfibios en los que huir del lugar donde nacieron.
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 27/10/2009 2:14
¿Hay comunistas en Cuba?
Juan Antonio Blanco | 03/08/2009 22:30
Cuando cayó la URSS alguien comentó que el mayor error de la CIA en sus estimados sobre aquel país era no haberse percatado de que, desde hacía ya algunos años, no quedaban apenas comunistas en el PCUS. Dicho de otro modo: los militantes ya no eran creyentes del sistema entonces vigente ni compartían sus premisas ideológicas. Me pregunto si la eterna posposición del VI Congreso del PCC por los hermanos Castro se debe en parte a la sospecha que ambos albergan de que quedan pocos comunistas en ese partido que crean en la viabilidad del actual regimen en la isla.
El discurso del General Raúl Castro el pasado 26 de Julio muestra que la elite de poder cubana está consciente de que se inicia una etapa económica y social crítica, sólo comparable a la que se produjo a la caída de la URSS.
Pese a la gravedad de esa conclusión la cúpula dirigente aun no ha alcanzado un consenso –o si ya existe continúa bloqueado por Fidel- sobre el mejor plan de acción económica para enfrentarla. Las referencias a “planes” que se hacen en el discurso reducen ese concepto a un listado de buenos propósitos y acciones puntuales (ie, equilibrar la balanza de pagos, reducir gastos sociales y productivos). Pero esas directrices generales y medidas aleatorias no constituyen una ruta crítica ni concepción estratégica creíble que permitan navegar las actuales turbulencias mundiales y faciliten el cambio hacia un modelo sustentable de desarrollo económico y social. Ni siquiera tienen posibilidades razonables de ser aplicadas con éxito dentro del actual sistema.
El General ha hablado de la necesidad de delinear un modelo económico en indirecto reconocimiento al hecho de que el actual no funciona y de que hasta ahora no hay acuerdo sobre el que pudiese reemplazarlo. Por ello es de esperar que se sigan adoptando medidas ad –hoc en el terreno del ahorro y otras en relación a la esfera monetaria, pero sin llegar a los prometidos cambios de “estructuras y conceptos” por lo que ya lleva tres años esperando el país inútilmente.
En una frase que pudiera pasar por retórica pero no dejaría por ello de reflejar la incertidumbre respecto a los anclajes externos de Cuba, el General Raúl Castro dijo que “Lo que ocurra en Honduras será decisivo para el futuro de Nuestra América”. Los reiterados viajes de Castro a Argelia y Angola –países petroleros a los que Cuba ayudó de manera decisiva en el terreno militar – así como a Brasil parecen indicar que La Habana se está procurando alternativas en caso de que en meses venideros el ALBA retrocediese y Hugo Chávez confrontase problemas internos o regionales de alguna gravedad.
La constatación de que se avecina un tiempo de agravadas escaseces y penurias los pone de nuevo ante la cíclica disyuntiva de la sociedad cubana: represión o reformas. El discurso de Raúl Castro es ambiguo y escaso en indicios claros sobre el modo en que abordarían esta vez esa opción. La impresión que deja es que su respuesta estaría en línea con la que en el pasado ha impuesto su hermano mayor: hacer sólo aquellas concesiones inevitables, factibles de ser revertidas y que no debiliten el control político del caudillo sobre la sociedad.
El gobierno cubano debería comprender que no hay nada “antisocialista” en buscar solución a problemas vitales -como son los de la alimentación y vivienda- liberando las fuerzas productivas a través de actores autogestionarios situados fuera del estado. Pero si no lo entiende e insiste en criminalizar las soluciones en lugar de fomentarlas, debe disponerse a pagar el precio de aparecer como el innecesario verdugo de la población cuando arrecie la crisis. En tal caso, debe estar igualmente dispuesto a pagar las consecuencias de su opción.
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 03/08/2009 22:43
Agujero Negro
Juan Antonio Blanco | 21/07/2009 13:19
Tags: Reformas, crisis financiera, Raúl Castro
¿Recuerdan los cartelitos que rezaban “Cerrado por reformas” que aparecían ocasionalmente en puertas de comercios o teatros? Me vinieron a la mente cuando leía el brillante análisis del internacionalmente laureado académico cubano Carmelo Mesa Lago (El País, Julio 12, 2009) sobre la situación de la economía cubana. Allá la situación parece que será la inversa. Un día el país completo tendrá que “cerrar” -declarándose en bancarrota- por no haberse reformado oportunamente. Cuba se ha cerrado al cambio.
¿Como anda la economía cubana? Muy mal, según el experto. Mesa Lago subraya que si se cumpliesen los pronósticos de algunos “pesimistas” y se llegase este año a experimentar una tasa negativa de crecimiento de -0.5% ese seria “el peor desempeño desde 1994”
A esa inquietante perspectiva hay que sumar la información aportada por el corresponsal del periódico mexicano La Jornada en su despacho del pasado 19 de julio. Según las fuentes de Gerardo Arreola, ha surgido un agujero negro de unos mil millones de dólares en cuentas sin pagar a las empresas extranjeras que negocian con Cuba. Su artículo incluye la siguiente observación: “Esta crisis en el sector bancario no la vivió Cuba siquiera en los peores momentos de la década pasada, tras la caída de la Unión Soviética.”
¿Y las acciones gubernamentales ante este cuadro? Los prometidos cambios “estructurales y de concepto” siguen brillando por su ausencia. Las escasas medidas adoptadas tienen la misma celeridad y eficacia de quien pretende correr en un pantano.
De las 100,000 solicitudes de tierras estatales ociosas presentadas hace diez meses se ha tramitado el 73% pero han sido efectivamente entregadas en usufructo el 38%. La producción nacional de alimentos continua cayendo y ya el pasado año costo al país $1850 millones de Euros importarlos. La ya exigua cuota racionada continúa disminuyendo en la mesa familiar. El salario real sigue descendiendo pese a algunos incrementos nominales y el recién autorizado pago a destajo se aplica a menos del 20% de la fuerza laboral. Todo llega tarde y en medida insuficiente. Mercuro cromo y curitas para hacer frente a heridas profundas de rápido desangramiento.
La Constitución vigente en la isla otorga formalmente el máximo poder al Partido Comunista de Cuba. Por su parte los estatutos que rigen esa organización política conceden la suprema autoridad interna al Congreso del Partido. Pero ese máximo órgano de autoridad y poder es un cero a la izquierda al que nadie consulta desde el pasado siglo (1997). Su convocatoria para fines del 2009 parece haberse extraviado. Si finalmente se convocase sería un acto litúrgico, no un congreso. Después de todo, ¿para que realizar esa o cualquier consulta en un país donde sólo vale una opinión?
Las recientes purgas demostraron que incluso a la más alta tecnocracia se le tiene prohibido opinar. Ser “librepensador” sigue siendo una actitud problemática en el “socialismo” cubano. Ni Raúl Castro escapa a ese principio. Cuando lo olvida enseguida lo corrigen.
Sólo Fidel tiene licencia para tener y expresar ideas sin cortapisa alguna. Y mientras el pueda “reflexionar” el país habrá que cerrarlo por ausencia de reformas porque no las quiere ni le interesan. Por estos días, con su bien pertrechada alacena, está muy ocupado preparando la “insurrección” en Honduras por lo que no puede ocuparse de las mundanas inquietudes alimenticias padecidas por simples mortales.
IMPORTANTE AVISO A LECTORES Y AMIGOS
He cambiado desde el pasado dia 15 de julio mi correo personal.En lo adelante deben escribirme a:
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 21/07/2009 15:01
¿Apostamos al desarrollo o a la ruleta rusa?
Juan Antonio Blanco | 30/09/2008 0:05
Tags: Fidel Castro. Cuba. Unión Europea, Chávez, huracanes, micro créditos, desarrollo, Estados Unidos, Rusia, Venezuela, reformas
Los huracanes que asolaron la isla han creado una grave situación social. ¿Hay una oportunidad en esta crisis? Sí, excepcional. Pero, ¿para qué? y ¿para quiénes?
La elite de poder cubana puede finalmente emprender, como respuesta a la nueva situación creada, su prometido programa de “reformas estructurales y de conceptos”. Una reforma estructural implica mucho más que liberar las fuerzas productivas de la camisa de fuerza de un estatismo omnipresente. No se limita a autorizar la venta de celulares, el trabajo por cuenta propia de los taxistas o incluso la creación de microempresas. Es mucho más que eso. Supone apostar a un reordenamiento estratégico que le de prioridad a aquellas inversiones que acerquen la isla a la sociedad de la información y la integren en la economía mundial mediante procesos de agregación de valor. No tiene sentido “reconstruir” el subdesarrollo a los niveles previos al Gustav y el Ike. El régimen de gobernabilidad que los precedió recibió con ellos un golpe mortal.
Lamentablemente también hay otro modo de interpretar la oportunidad que ofrece esta crisis.
Fidel Castro parece querer emplearla en alejar definitivamente a la elite de poder de cualquier consideración sobre los beneficios de la cooperación con la Unión Europea o de una distensión con Estados Unidos. Quiere empujarlos a cerrar filas con Venezuela, quizás retomando la idea -con la que ya flirteaba- de adoptar alguna suerte de confederación con ese país sudamericano.
El convaleciente líder parece considerar que la “correlación internacional de fuerzas” lo favorece de nuevo. Estados Unidos atraviesa el momento de mayor debilidad estratégica desde la Gran Depresión. En él se conjugan una muy grave crisis financiera con dos guerras en zonas geográficas distantes. Por ello alienta a Chávez a que geste una alianza con Rusia y con otros potenciales rivales de Washington de la cual La Habana pudiera también sacar beneficios. Quiere sostener el moribundo régimen de gobernabilidad estatista con una inyección de capitales que espera obtener de atizar la confrontación internacional. Sueña con revivir la Guerra Fría.
El problema con las gerontocracias es que leen el presente con ideas del pasado.
Lo que hoy vemos no es una nueva Guerra Fría basada en rivalidades ideológicas, sino el conflicto entre el nacionalismo ruso y una política estadounidense que lo ha intentado cercar y humillar innecesariamente por ocho años. El hecho de que exista o no un país comunista a 90 millas de Estados Unidos a los rusos les tiene sin cuidado. Ellos vienen de vuelta del comunismo. En este mundo globalizado, -al que están íntimamente conectados-, no tienen como objetivo estratégico el derrumbe del capitalismo americano o mundial.
Lo que, por ahora, procura Moscú con estas piruetas provisionales en el hemisferio occidental es negociar desde posiciones de fuerza un reacomodo permanente con Estados Unidos sobre sus necesidades de seguridad en Europa. Ese asunto, dicho sea de paso, es posible resolverlo sin que ello suponga la sumisión de los países fronterizos a Moscu, sino en todo caso su neutralidad respecto a Rusia. Semejantes objetivos están muy lejos de ser la Jihad internacional anticapitalista a la que aspiran Fidel y Chávez.
Por su parte, el gobierno chino ya subrayó de manera inequívoca su distancia de los arrebatos ideológicos del presidente de Venezuela durante la más reciente visita de ese mandatario a Beijing. No quieren enredarse en alianzas contra terceros países. Desean comercio y crecimiento económico que les traiga bienestar y gobernabilidad aun dentro de su esquema político autoritario.
Tampoco el actual gobierno de Irán representa un aliado promisorio. Sus objetivos estratégicos no rebasan el marco regional, por lo que cualquier paso más allá de esa dimensión geográfica debe ser interpretado –al igual que ocurre, por ahora, con Rusia- como parte de una estratagema para ganar poder de negociación frente a sus nuevos e inesperados “vecinos” estadounidenses y su tradicional enemigo israelita. Sus “aliados” y “compromisos” extrarregionales son cartas también negociables llegado el momento.
Solo la megalomanía de los dos líderes caribeños puede explicar que se crean actores centrales del ajedrez global, cuando en realidad siguen siendo sus peones. Para que Rusia, China u otros países con coincidencias políticas con La Habana apostasen por invertir a largo plazo en su economía el gobierno cubano tendría primero que hacer significativas reformas y aperturas. Nadie se siente motivado a hacer el bailout de un régimen fracasado y asumir el pago en lo delante de sus hipotecas. La URSS y la Guerra Fría basada en alianzas ideológicas no tienen retorno. Los aviones y barcos que surcarán las aguas del Caribe en las próximas semanas pueden desaparecer con la misma rapidez con que aparecieron si los rusos obtienen suficientes garantías a su seguridad.
La gobernabilidad y la independencia de Cuba no radican hoy en anacrónicos malabarismos geopolíticos. El país necesita promover una atmósfera de distensión y cooperación, no de antagonismo y confrontación La actitud solidaria asumida por los cubanos en el exterior -por encima de diferencias y viejas heridas que no han cicatrizado- facilita conectar el actual proceso de reconstrucción con el propósito de avanzar hacia la inclusión de la diáspora en el desarrollo de la isla. Las remesas, que ya constituyen la primera o segunda entrada de divisas al país, pueden ampliarse considerablemente y con rapidez si se le otorgan los incentivos necesarios. Las próximas elecciones en Estados Unidos abren una ventana de oportunidad para que el conflicto bilateral sea reexaminado desde las perspectivas de quien salga electo. Por su parte, la Unión Europea ya levantó sus sanciones y espera ahora por el diálogo con La Habana para determinar si puede o no avanzarse hacia la cooperación. Los dividendos de la paz siempre serán más jugosos y permanentes que los de la confrontación externa e interna.
Hacer uso de la oportunidad que ofrece la crisis creada por Gustav y Ike para apostar por la modernización y apertura de la sociedad cubana, es una opción. Ignorar la gravedad de la crisis social creyendo que los recursos para su solución se obtendrán de nuevos juegos geopolíticos, es jugar a la ruleta rusa. Sin duda, esa es otra opción. Ambas tienen consecuencias.
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 30/09/2008 0:11
El Código Da Castro
Juan Antonio Blanco | 25/09/2008 22:10
Las opciones frente a las Reflexiones del todavía Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba son escasas. Uno puede ignorarlas o leerlas. Si se decide por el masoquismo que supone lo segundo, enfrenta entonces el problema de tener que descifrar sus mensajes. El Código Da Vinci es cosa de niños en comparación con ese desafío. Hay que adivinar cuál es la motivación real del autor, despajar las distracciones que emplea para oscurecer su verdadero propósito y distinguir entre lo que responde todavía a un objetivo racional –al menos desde su perspectiva- de los ditirambos de una mente afectada de manera inevitable y creciente por la senectud. No es fácil.
Sus últimas Reflexiones parecen reflejar impaciencia por indicar el camino a seguir en medio de la desgraciada situación del país, e impedir –una vez más-- que tomen fuerza algunas ideas que no le agradan. Sobre la situación actual ha dicho: Pienso que no hay alternativa a la necesidad de reevaluarlo todo, buscar más productividad y menos derroche de recursos humanos en los sectores vitales, incluidos la Salud y la Educación —y en los demás de la economía productiva y los servicios—, sin atenernos estrictamente a cifras elaboradas años atrás,sin que merme y por el contrario crezca la calidad de todo lo que se lleva a cabo en nuestra patria, y sin dejar de cumplir deberes internacionalistas cuyos frutos comienzan a percibirse fuertemente.
¿Qué quiere decir, en realidad, Fidel Castro y por qué necesita decirlo ahora?
El Primer Secretario del PCC no quiere que se ceda un ápice en el modelo estatista y vertical de gestión económica. Considera la ausencia de autonomía económica de los ciudadanos elemento insoslayable para su eficaz avasallamiento político. Manda a callar preventivamente a quienes consideran imprescindible aplicar un paquete integral de reformas estructurales para enfrentar la actual situación. No tiene que convencerlos. Le basta con el poder que algunos negaban todavía tuviese. Si se mostrasen testarudos cree poder zafarse de ellos acusándolos de “desinformados”, “corruptos” o “pro-capitalistas”.
No hay arreglo con el Mensajero. A su entender lo único que hay que hacer es revisar las cifras. Esa es la traducción de su frase “reevaluarlo todo”. Reevaluar asignaciones y metas no equivale a hacer “cambios de estructuras y conceptos”. Y “todo” tampoco supone la reevaluación de sus proyectos “internacionalistas” en nombre de los cuales acaba de enviar con mano izquierda dos y media toneladas de medicinas a Jamaica y Haití mientras recibe donativos con la derecha.
Fidel Castro insiste en la vigencia del apotegma fascista: dentro del Estado todo, fuera del Estado, contra el Estado, nada. Liberar las fuerzas productivas de la camisa de fuerza estatal es anatema desde esa perspectiva. La sociedad, a su juicio, debe conformarse con lo que sea capaz de aportarle el Estado. El bienestar es posible si todos trabajan más y mejor, despilfarran menos y son más productivos. Su consejo para salir de esta crisis es simple. Háganle caso a Raúl. Levanten el ánimo.
Pero la realidad es tozuda. Los peces y panes nunca antes se han multiplicado con declaraciones patrióticas y si en esta ocasión no hay cambios ni milagros habrá hambrunas. Tan simple como eso.
Enlace permanente | Publicado en: Cambio de época | Actualizado 25/09/2008 22:14
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