Chapman busca su oportunidad
Las autoridades cubanas –léase el gobierno cubano- siempre anteponen la política por encima del béisbol. Sino lo creen, pregúntenle al holguinero Aroldis Chapman quien fue separado del equipo nacional cubano antes de asistir a los Juegos Olímpicos de Pekín por no ser “confiable”, pues se suponía que el estelar zurdo pensaba abandonar la isla.
Pero, a los dirigentes cubanos les está saliendo el “tiro por la culata”, puesto que el zurdo está literalmente imbateable en lo que va de Serie Nacional y esto haría más injusta su futura exclusión de equipos Cuba. Hasta el momento tiene tres victorias sin derrotas con efectividad de 0.85. En 21 entradas y dos tercios ha permitido dos carreras limpias y ha ponchado a 22 y regalado 12 boletos. Los rivales le batean para un anémico .174. Tiene tres de las diez victorias de Holguín en lo que va de campeonato. Es colíder en victorias y ponches del torneo.
A diferencia de Yadel Martí y Yasser Gómez, recientemente suspendidos del béisbol, al pitcher de 20 años lo han dejado lanzar en esta Serie Nacional pero eso no garantiza que lo vayan a dejar salir del país, aunque por su calidad lo necesiten en el clásico.
Ya sabemos que por allá se cometen injusticias a diestra y siniestra con los peloteros. ¿Pero que pasará si este hombre termina acabando con los bateadores de la Serie Nacional y lo dejan fuera injustamente del equipo que asistirá al clásico? ¿Cuba se jugará la arriesgada carta y lo llevarán por la importancia de este pitcher en el cuerpo de lanzadores? ¿O lo dejarán en Cuba por encima de cualquier beneficio deportivo que el joven pueda aportar al equipo? Si ocurre esto último sería una injusticia más a la ya larga lista. Por otra parte, si lo dejan ir puede escapar y no regresar jamás.
¿Serán capaces de dejar al que quizás es el mejor lanzador de la isla en la actualidad por la duda a que pueda escapar? Por supuesto que sí lo harán, ya lo han hecho antes. Eso es a lo que nos tienen acostumbrado las autoridades cubanas. Es una pena pero esa es la triste realidad.
