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Entrevista a Euclides Rojas I

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Entrevista a Euclides Rojas I

 

Euclides Rojas es uno de esos peloteros que pasan por el béisbol y dejan una huella profunda en los fanáticos. Es un ídolo de la pelota cubana. Fue el paño de lágrimas, el hombre que venia en el último inning a salvar el partido. Nadie salvó más juegos que el derecho de Industriales en el momento que jugó y eso lo hizo grande.

 

Por otra parte, su actitud tanto dentro como fuera del terreno siempre fue ejemplar.

 

Salió de Cuba en balsa el día 19 de Agosto de 1994, fue recogido junto a su familia por los guardacostas de los Estados Unidos el día 24 de Agosto y llegó a la Base Naval de Guantánamo un día después, casualmente el mismo día de su cumpleaños. Arribó a los Estados Unidos el 15 de Febrero de 1995.

 

Muchos se verán representados en lo que hizo este destacado lanzador cubano, puesto que en este mes de Agosto se cumplen 15 años del éxodo masivo de los balseros. Más de 30 mil cubanos lograron la libertad a través de esta peligrosa vía en aquel mes. El industrialista fue uno de ellos. Fueron momentos duros para todos los familiares que de un lado y otro del Estrecho de la Florida sufrieron la incertidumbre de no saber por unos días si sus familiares estaban vivos o muertos. Desgraciadamente muchos fallecieron en el mar en el intento de alcanzar la libertad.

 

Euclides tuvo la gentileza de recibirme en su casa para compartir esta entrevista con los lectores de Palmar de Junco.

 

Palmar de Junco: ¿Cuéntanos de la salida en balsa con tu familia, como tomaste la difícil decisión?

 

Euclides Rojas: Fue una decisión familiar, que tomé junto a mi esposa, salimos de Cuba en busca de libertad y de mejores oportunidades como ser humano, en Cuba uno es un esclavo, no es un ser humano, ya esa época paso.

 

PDJ: ¿Que sintió Euclides Rojas cuando se subió en una balsa con su familia?

 

E.R.: Mucha esperanza de que siempre iba a llegar y muy positivo.

 

PDJ: ¿Sentiste miedo?

 

ER: No, no sentí miedo, trabajé duro con los remos para poder llegar y gracias a Dios lo logramos.

 

PDJ: ¿Lo volverías a hacer?

 

ER: Yo solo si, no con la familia.

 

PDJ: ¿Porque te fuiste en ese momento y no antes cuando tuviste otras oportunidades?

 

ER: Mis hermanos siempre estuvieron en desacuerdo con el sistema y me exhortaron a que me quedara, pero siempre el amor por mi familia, mi esposa y mi hijo de 2 años cuando aquello, me hizo regresar. Además, mi madre era fanática del béisbol y tener un hijo que jugara en Industriales y en el equipo Cuba era algo muy grande para ella. Esas fueron las razones que hicieron que siempre regresara, de quererlo hacer, si quería, pero esas cosas me frenaron.

 

PDJ: ¿Cual es el mejor momento de Euclides en el béisbol?

 

ER: Cada vez que he estado en un equipo ganador, ha sido un momento bueno, tuve la oportunidad de estar en Industriales, que como tal todavía me siento, diría que mi sangre es azul. El Campeonato Mundial de Italia en 1988 y todos los campeonatos que gané con el equipo Cuba. También tuve la dicha de estar como entrenador de bullpen de las Medias Rojas de Boston en el 2004 cuando ganamos la Serie Mundial.

 

Pero el solo hecho de estar en un terreno de béisbol para mi es un placer, creo que nací en un terreno de pelota.

 

PDJ: ¿El peor?

 

ER: El día que perdimos el campeonato cuando le di el pelotazo a Julio Germán Fernández en el play off de la Serie Nacional 1988–1989.

 

PDJ: ¿Que haces en la actualidad?

 

ER: Soy Coordinador para Latinoamérica de los Piratas de Pittsburgh, estoy encargado de los peloteros latinos. Tenemos una Academia en Venezuela y otra en República Dominicana.

 

PDJ: ¿Cuéntanos de tu experiencia en Boston, en la Serie Mundial del 2004, rodeado entre tantas estrellas, el ambiente de allí?

 

ER: Estar con Manny Ramírez, con David Ortiz, con Pedro Martínez y aquel grupo de peloteros y de coaches siempre será una satisfacción para mí y haber estado en el Fenway Park me recordó siempre el Estadio Latinoamericano, el amor por el juego, la pasión, la energía de ese estadio es la misma que la del estadio de la Habana. Fue como regresar a casa.

 

PDJ: ¿Aprendiste ingles en Estados Unidos o en Cuba?

 

ER: En Cuba lo practique, me gusta estudiar, aprender cosas. El libro ingles básico fue mi maestro de ingles, la entrevista para la posición de entrenador de bullpen con los Medias Rojas fue con Grady Little quien era el manager y Tony Cloninger el coach de pitcheo y parece que no lo hice mal.

 

PDJ: ¿Sueña Euclides Rojas en convertirse en el primer General Manager de Grandes Ligas nacido en Cuba?

 

ER: No pienso en eso en realidad, pienso en el día a día, pero si la oportunidad se presenta no diría que no.

 

PDJ: ¿Lamentas no haber llegado más joven a esta pelota?

 

ER: No, le doy muchas gracias a Dios por haber nacido y soy una persona muy positiva, creo que todo sucede por una razón y un motivo, llegue aquí en el momento que tenía que llegar, lamentaría haber dejado a mi familia atrás y aunque hubiera podido jugar en Grandes Ligas, la pelota para mi no es la primera cosa en mi vida, la familia es más importante.

 

En la segunda parte de la entrevista Euclides nos habla sobre Industriales y aquellos campeonatos donde el jugó, además nos habla sobre la pelota en Cuba.



Entrevista a Euclides Rojas II

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Entrevista a Euclides Rojas II

 

Palmar de Junco: ¿Como empezaste en el béisbol?

 

Euclides Rojas: Desde niño siempre me gustó el béisbol. La pelota y la música siempre me han gustado mucho. Comencé a jugar con 11 años y tuve la suerte desde un principio de tener buenos entrenadores. Primero a Antonio Boricua Jiménez, después estuve en el área especial del Municipio Plaza y allí el entrenador era Yosvany Gallego. Siempre quise ser pitcher pero ellos no me permitían lanzar, cosa que agradezco mucho, históricamente a muchos que comienzan a lanzar a temprana edad no les resiste el brazo lo suficiente y la mayoría no llegan a ser lanzadores.

 

Nunca fui a una EIDE o ESPA me quede en el Municipio Plaza. Comencé a lanzar con 15 años y a los 16 estaba con el equipo Industriales.

 

PDJ: ¿Cuéntanos un poco de aquella pelota que jugaste en Cuba?

 

E.R.: En aquel momento cuando yo era niño, el béisbol en Cuba tenía un sistema muy organizado. Esa pelota que se jugó a nivel escolar, infantil, juvenil, hizo que cuando un pelotero llegaba a la Serie Nacional era un pelotero profesional, sin recibir dinero, pero profesional como jugador, desde pequeños estábamos haciendo este deporte.

 

Es como una persona que comienza a estudiar y cuando llega a la universidad y se gradúa es un profesional. Bueno, en Cuba el haber jugado béisbol infantil hasta el equipo Cuba es como haberse graduado en este deporte.

 

La competencia y nivel de exigencia de aquel béisbol era bastante alto, además, los entrenadores tenían mucha calidad. Además de los mencionados, tuve de entrenadores a Heberto Blanco, Waldo Velo, Andrés Ayón, Pedro Chávez, tuve la suerte de tener muy buenos entrenadores y creo que eso influyó en todos nosotros porque todos los peloteros en ese momento tuvimos esa oportunidad.

 

PDJ: ¿Por qué aquellos equipos Industriales perdían tantos campeonatos en los finales? ¿Se vendían juegos? Esos errores de ponerte a ti a abrir juegos, la vez que Raúl Reyes sacó antes de tiempo a René Arocha. El fly que le cayó a Juan Padilla en la cabeza. Aquellos bateadores de Industriales tirándole a pitcheos malos en juegos cruciales. ¿Todo eso fue casual? ¿O hubo algo mas?

 

E.R: Que yo haya sabido solo lo que sucedió en la prensa aquella vez (en el caso de Anglada y Compañía) y creo que se equivocaron, hubo muchos errores, muchas mentiras que dijeron y que le costó la carrera a muchos peloteros. Que yo lo haya visto personalmente no lo creo.

 

Cuando Reyes quitó a Arocha iba a traer a Ramón Tablado, pero Tablado no se sentía bien y salí a relevar yo y ese juego lo ganamos, fue en Pinar del Rio, así que esa pregunta te la respondí ahí.

 

En el juego que yo tuve que abrir, los abridores llegaron muy agotados a la serie final. Pablo Miguel Abreu estaba lastimado al igual que Leonardo Tamayo. Lázaro Valle era el abridor ese día y tuvo un ataque de asma muy malo, el es asmático. El que estaba acostumbrado a lanzar todos los días era yo y le pedí la pelota al manager.

 

A Juan Padilla le cayó la pelota en la cabeza por que Padilla es un pelotero, si hubiera sido otro no le cae en la cabeza, lo que te quiero decir con esto es que la pelota estuvo en el sol bastante tiempo y Padilla como buen pelotero que es, trato de buscarla y cogerla hasta el ultimo momento y la pelota le cayó en la cabeza.

 

Esto muestra lo buen pelotero que era, estaba concentrado, si le hubiera caído en otra parte, adelante, atrás, al lado, se puede decir, bueno, la dejó caer, pero en la cabeza, le hubiera podido costar su vida. Por tratar de defender al equipo, estuvo todo el tiempo buscando la bola hasta que le golpeó.

 

El golpe en la cabeza es peligroso, yo no creo que nadie va a poner su vida en riesgo por ningún dinero del mundo, estoy convencido 100 % por la manera que jugaba Padilla, de la forma que yo se que es, por el amor que tiene por el béisbol, estoy convencido que no lo hizo a propósito.

 

PDJ: ¿Influía en esas derrotas y en los peloteros la presión política de las celebraciones de los 26 de julio en determinada provincia, o las entrevistas que le hacían a los dirigentes y cuando se inclinaban por otro favorito que no era Industriales?

 

E.R: En el equipo de nosotros no influía nada de eso, nosotros jugábamos siempre para ganar y cuando no ganábamos era como si perdiéramos un familiar.

 

PDJ: ¿Que sentiste cuando le diste aquel pelotazo a Julio Germán Fernández con las bases llenas?

 

E.R: Quería enterrarme. En realidad no fue un pelotazo, honestamente estaba ponchado, el metió la cadera en el medio del home plate y el arbitro no tuvo en ese momento la decisión de cantar el strike por miedo a que estábamos en Santiago de Cuba, si ganábamos ese juego nosotros éramos campeones.

 

PDJ: ¿Existe eso en Cuba, presión por la región en que se juega?

 

E.R: En aquel momento el 26 de julio iba a ser en Santiago de Cuba y yo creo que ahí si las teníamos todas en contra, no nosotros los peloteros, me refiero a los árbitros.

 

Entre los peloteros no existía ese tipo de presión, ni los jugadores de Henequeros, de Industriales, o de Santiago de Cuba en ese momento se influenciaban por eso, jugábamos para ganar, desgraciadamente el arbitro cantó pelotazo en ese pitcheo y perdimos.

 

PDJ: ¿Se creían los peloteros del equipo Cuba lo que les decían que los americanos eran malos y todo lo demás negativo que le dicen a las delegaciones cubanas antes de salir para Estados Unidos?

 

E.R: Mi primer viaje fue en 1987 a los Juegos Deportivos Panamericanos de Indianápolis y en mi caso personal y me imagino que en los peloteros del team Cuba que tenían un poquito de inteligencia, hasta que llegue aquí tuve esa impresión, cuando compartí con los atletas en general y el pueblo americano me di cuenta de la manera que te tratan, con el respeto y el cariño que nos trataban que eso era mentira.

 

Hasta ese momento, fue que me pudieron engañar, quiere decir que fue muy poco el tiempo que me engañaron y creo que así le sucedió a todo el mundo.

 

En mi primer viaje con el equipo Cuba me di cuenta por mis propios ojos que lo que decían allá es mentira, cuando ellos, los peloteros norteamericanos querían escribirnos, le teníamos que decir que no podíamos darle la dirección porque nos metíamos en problemas, así que no es lógico pensar que existe tal odio de parte de ellos cuando querían mantener esa comunicación con nosotros.

 

PDJ: ¿Viste injusticias o racismo en Cuba?

E.R: Racismo no creo, injusticias siempre hay en todas partes, para que alguien haga un equipo tiene que haber algunos que no lo hagan, podría mencionarte a Lázaro de la Torre, Angel Leocadio Díaz, Rolando Verde, Javier Méndez, Juan Padilla, pero en realidad no creo que sea una injusticia, porque los peloteros que hacían el equipo Cuba también lo merecían.

PDJ: ¿En tu opinión, de tu época, cuantos peloteros crees que podían jugar en Grandes Ligas?

 

E.R: Si te empiezo a mencionar nombres de peloteros no tienes cinta suficiente para grabar. Eso me pasa constantemente por la cabeza, muchos peloteros de ligas menores me recuerdan a jugadores cubanos a esa edad y comparo y te tengo que decir honestamente que hay peloteros cubanos que yo vi con mas habilidades que peloteros que yo veo aquí, hay muchos peloteros que yo creo que hubieran podido jugar en Grandes Ligas y ser estrellas aquí.

 

PDJ: ¿Ha bajado el nivel de la pelota cubana?

 

E.R: No te puedo responder con exactitud. Por mi trabajo no tengo tiempo para ver o seguir la pelota cubana, viajo mucho, mi trabajo es muy ocupado el año entero, a veces no tengo tiempo ni para ver el Clásico Mundial.

 

PDJ: ¿Que nivel tenían las ligas menores cuando lanzaste comparado con las series nacionales?

 

E.R: En la Serie Nacional que yo jugué habían equipos que no eran equipos de primera división en Cuba que se podían comparar con estos de aquí de ligas menores, pero los equipos de Doble A y Triple A no se puede comparar con la Serie Selectiva en Cuba. La selectiva en Cuba era mucho mas fuerte. Y habían equipos en la Serie Nacional que eran mas fuertes que estos equipos de Triple A y Doble A.

 

Había equipos que jugaban en selectiva en Cuba que los pondría parejos con equipos de las Ligas Mayores.

 

PDJ: ¿En tu opinión que nivel tenía aquel equipo Cuba del Campeonato Mundial de Italia 1988 donde fuiste la figura en el pitcheo?

 

E.R: Creo que ese equipo, así solamente no, porque faltaban peloteros, pero, agregándole peloteros y pitchers a esa novena, creo que ese equipo podía haber competido tal vez hasta por un campeonato en Grandes Ligas, no tengo dudas de eso.

 

PDJ: ¿Que quisieras hacer dentro del béisbol en una Cuba libre?

 

E.R: Primero quiero una Cuba libre, el béisbol es secundario. Si llega temprano y tengo la posibilidad todavía de poder prepararme y lanzar un inning me gustaría hacerlo una vez mas, o tener la posibilidad de hacer lo que estoy haciendo en Latinoamérica, que las organizaciones tengan academias y poder desarrollar el talento en Cuba y que vengan a jugar aquí a Estados Unidos y si tengo la posibilidad de jugar, el uniforme del equipo por lo menos tiene que ser azul.

 

PDJ: ¿Quieres agregar algo mas?

 

E.R: Quiero hablarte de un poema que vi en una carpa en la Base Naval de Guantánamo y creo que dice mucho. No se quien lo escribió o de quien es originalmente. No se si fue la inspiración de uno de los balseros de allí o si es de José Martí pero creo que es un poema muy bonito que describe a los cubanos exiliados en cualquier parte del mundo. Dice así:

 

“Ser libre no es el ansia loca de una banda de salvajes, es la aspiración suprema de todo hombre y todo pueblo digno”.

 

Esto estaba puesto en una sabana y lo tenían encima de una tienda.

 

Quiero darte las gracias por la oportunidad de tener esta entrevista y espero que me puedas hacer una entrevista en Cuba en el Estadio Latinoamericano pero vestido de azul.



La odisea de Euclides Rojas

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El Mundo del Béisbol: de Ángel Torres.

LA ODISEA DE EUCLIDES ROJAS

Por: Angel Torres

Recientemente en “La Estufa Caliente” y “Terreno de Pelota”, publicaron una entrevista que Fernando Vilá le hizo al ex lanzador cubano Euclides Rojas, para su blog Palmar del Junco, que desató una verdadera controversia con relación con sus opiniones.

De inmediato me comuniqué con Vilá para decirle si sería de su agrado que yo publicara acerca de las vicisitudes que pasó Rojas para escapar a tierras de libertad y sus experiencias iniciales en el exilio sobre un terreno de pelota.

Parte del artículo lo reproduzco de mi quinto y último libro “El Legado Deportivo de Angel Torres”.

Así tenemos, que el lunes 2 de diciembre de 2002, se produjo la noticia que Euclides Rojas de 35 años, líder en juegos salvados de la Serie Nacional en Cuba con 90, había sido firmado por las Medias Rojas de Boston como su nuevo entrenador de lanzadores relevistas (bullpen coach).

Rojas se había desempeñado como instructor en la organización de los Marlins de Florida en 1996, actuando posteriormente en 12 encuentros como instructor de taponeros de los Peces en 1999, cuando tuve la oportunidad de saludarlo nuevamente durante uno de mis viajes a Miami. Todo un triunfo para el joven que escapó de Cuba a bordo de una balsa en agosto de 1994.

Cuando el ex jonronero cubano José Canseco visitó la Base Aeronaval de Guantánamo en octubre de 1994, relató que entre los miles de cubanos presentes se encontraba Rojas en compañía de su esposa María y de su hijo Euclides de dos años de edad. Al respecto Canseco exclamó emocionado: “El pudo haber sido el que salió de la Isla esclava y yo el que me encontrara ahora en su lugar”.

Euclides recuerda y agradece la visita de Canseco, al igual que la de su amigo René Arocha, Rubén Sierra, Alex Rodríguez, Willie Chirino, Gloria Estefan y otros que fueron a brindar un poco de alegría a los balseros.

Desde entonces la situación cambió notablemente para Rojas, quien gracias a su pequeño hijo pudo viajar a los Estados Unidos junto a su esposa, donde su ex compañero de equipo en Cuba, René Arocha, de los Cardenales de San Luis en aquel momento, se convirtió en su patrocinador.

“Jamás podré pagarle a René todo lo que ha hecho por mí”, me dijo Rojas en una entrevista que le hice el viernes 24 de marzo de 1995 en Palm Springs, California. “Inclusive él me recomendó a sus agentes en aquel momento, Gus Domínguez, al ex tercera base de los Dodger Ron “El Pingüino” Cey y al abogado Steve Schneider, quienes se encargaron de conseguir mi primer contrato profesional con los Soles de Palm Spring de la Western Baseball League”, finalizó diciéndome Euclides.

Ese día Rojas fue presentado durante una conferencia de prensa en el estadio de Palm Springs por el copropietario del equipo Don Di Carlo, con la ausencia por estar enfermo del gerente general de la novena Al Campanis, quien había ocupado igual cargo con los Dodgers de Los Angeles y dirigido a los Elefantes de Cienfuegos de la extinta Liga Cubana de Béisbol durante el campeonato de 1953-54.

Rojas con 6 pies de estatura y 190 libras de peso, nació el 25 de agosto de 1964 en La Habana y comenzó a destacarse como “apaga-fuegos” de los Industriales en 1983, cuando contaba solamente 16 años de edad. En 1987 pasó a formar parte de la Selección Nacional Cubana de Béisbol y con ella lanzó en los Juegos de Buena Voluntad de Seattle en 1990. Impuso una marca en los torneos cubanos de 60 partidos con 15 salvados en 1993. Hasta el momento de su huida, mantenía marca de 90 juegos salvados, 68 victorias, 31 derrotas y 2.39 carreras limpias permitidas en 342 salidas al montículo.

Desde su visita a Seattle, el serpentinero cubano había decidido escapar del sistema oprobioso que desgobierna a Cuba, pero los compromisos familiares se lo impedían. El hecho de que su madre, esposa e hijo no pudieran salir, lo ataron hasta que su mamá le recomendó que no desaprovechara una nueva oportunidad.

Esta se presentó cuando el gobierno cubano autorizó construir balsas y a los descontentos lanzarse al mar a raíz de los acontecimientos acaecidos en el Malecón de La Habana, donde miles de manifestantes protestaron por las calles de la capital cubana, provocando que el tirano comprendiera la necesidad de crear una válvula de escape para aliviar su precaria situación.

Pronto miles de cubanos se lanzaron al mar, poniendo en peligro sus vidas en busca de libertad, pero confrontaron la desagradable sorpresa de ir a carenar a la Base de Guantánamo, de donde poco a poco lograron salir todos cumpliendo sus ansias de independencia.

La odisea de la familia se inició en agosto de 1994, cuando navegando en una frágil embarcación con 17 personas a bordo, el motor dejó de funcionar a solamente cinco millas de la costa cubana. Los cuatro hombres a bordo incluyendo a Rojas, comenzaron a remar el resto del camino, hasta que fueron recogidos cinco días después por un guardacostas norteamericano a 23 millas de la Florida.

Durante el trayecto vieron muchas balsas a la deriva o volcadas y se produjo un increíble acontecimiento, cuando se enfermó uno de los niños a bordo de la improvisada nave, quien fue atendido por un médico que viajaba en otra de las docenas de balsas que les acompañaban. El doctor al momento de su viaje aprovechó para llevar consigo algunos antibióticos que posiblemente le salvaron la vida al pequeño.

Su actuación como serpentinero en los estados Unidos fue efímera, pues tras su actuación en la Liga Independiente de Palm Springs, actuó para el sistema de sucursales de los Marlins de 1995 a junio 2 de 1996.

Rojas no pudo lograr su sueño de llegar a las Grandes Ligas como lanzador, no sé si debido a que el nivel fue muy alto para él, pues siempre recuerdo las palabras de José Contreras, quien me dijo que los bateadores de las Ligas Mayores eran mucho más fuertes que a los que él se enfrentaba en Cuba, siendo sus palabras textuales las siguientes: “Si no pones la bola donde debes: PUM va para afuera”.

Igualmente existe la posibilidad, que se haya arruinado su brazo de lanzar mientras remaba hacia la libertad, tal como le había ocurrido con anterioridad, “según se dice”, al zurdo Amorós Hernández.

Sin embargo, Rojas, llegó a las Grandes Ligas como entrenador a base de trabajar muy duro y en la actualidad como coordinador de escuchas para los Piratas de Pittsburgh, con la satisfacción de no haber arriesgado en vano su vida y la de su familia, cruzando el Estrecho de la Florida, infestado de tiburones y tormentas tropicales, que han cercenado la vida de muchos de nuestros compatriotas.



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Sobre este blog

Béisbol cubano, cubanos en las Grandes Ligas y ligas profesionales.

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Autor: Fernando Vilá

Fernando Vilá Chao

Escritor, Director Ejecutivo de Pasión Magazine. Escribe desde Miami,FL
palmardejunco@gmail.com

 

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