Martín Dihigo, un grande
Fernando Vilá | 03/02/2009 3:12
Tags: Martín Dihigo
Martín Dihigo abrió el camino de los cubanos en el Salón de la Fama de Cooperstown. Un día como hoy, tres de febrero, se conmemoran 32 años de la elección del matancero al recinto de los inmortales. Fue un hombre que pese a no poder mostrar sus habilidades en la mejor pelota del mundo debido al color de su piel, es reconocido por la tremenda calidad que demostró donde quiera que jugó a la pelota.
Dihigo acumuló estadísticas excelentes tanto en la Liga cubana, como en la de México. En estos dos países también es un inmortal. Es el único pelotero que pertenece a estos tres recintos de inmortales del béisbol. Por otra parte, también lo hizo bien en las Ligas Negras norteamericanas y participó en Venezuela y en República Dominicana con la misma calidad. También pertenece al Salón de la Fama de la Herencia Hispana.
Su calidad, longevidad y sobre todo versatilidad lo colocan como uno de los privilegiados en la historia dentro de este deporte. Podía batear con poder, promedio y a la vez podía lanzar con calidad. Podía jugar las nueve posiciones, destacándose en la intermedia, en la tercera base y en los jardines. Eso no es común, y muy pocos lo han podido lograr a lo largo de la historia.
Para muchos es el mejor pelotero cubano de toda la historia. ¿Realmente lo es? No sé, eso sería tema de un excelente debate y análisis. Lo cierto es que un hombre que se vio imposibilitado por las condiciones sociales de la época de jugar en Grandes Ligas es conocido como una súper estrella en este país. En aquella época los peloteros de la raza negra no podían jugar en las mayores. Ser cubano y negro y ser elegido en 1977 dice muchísimo de quien era Martín Dihigo en un terreno de pelota.
Martín Dihigo Llanos es un orgullo para los cubanos. Hoy tres de febrero es un día grande e histórico para el béisbol cubano y sus fanáticos.
Publicado en: Palmar de Junco | Actualizado 03/02/2009 3:14