Curiosidades Cubanas

A propósito del partido de ayer de los Yankees de Nueva York donde el dominicano Melky Cabrera bateó para el ciclo, la sección Curiosidades Cubanas de hoy es sobre este tema.

Sabemos que lograr esta hazaña no es algo muy común. Es algo bien difícil de hacer, pues además de que el bateador tiene que gozar de un excelente día con el madero en la mano, tiene que batear de hit, doble, triple y jonrón, casi siempre en poco más de 4 veces al bate. Eso no es algo sencillo de alcanzar. Aclaro que los batazos no tienen que ser en ese orden específico.

Pero, a la misma vez que es un hecho que batear para el ciclo no es algo fácil, resulta extraño saber que en la historia no hay un solo pelotero cubano que haya logrado esta escalera ofensiva. Entre todos los buenos bateadores de la Isla que han pasado por las Grandes Ligas ninguno lo ha podido hacer.

Solo dos peloteros descendientes de cubano han logrado este mérito.

El tampeño Luis González, quien lo hizo el 5 de julio del 2000 en un partido donde su equipo Cascabeles de Arizona venció 12 x 9 a los Astros de Houston. González conectó de 6 x 4 con una empujada y cuatro anotadas.

El primer cubano-americano que logró esta hazaña fue el jardinero nacido en la ciudad de Miami Lakes Alex Ochoa. El pelotero de los Mets de Nueva York bateó para el ciclo el tres de julio de 1996 en la victoria de su team 10 x 6 contra los Filis de Filadelfia. Conectó de 5 x 5 con tres empujadas y la misma cantidad de anotadas. Además de disparar los cuatro batazos necesarios para el lograr el ciclo, disparó dos dobles. Ese día el torpedero Rey Ordóñez estaba en la alineación de los Mets.

Curiosamente las hazañas de estos dos peloteros ocurrieron en días miércoles

Un paso atrás para Rikimbili

El cambio de Yuniesky Betancourt de los Marineros de Seattle a los Reales de Kansas City no ha sido bueno para el torpedero. El pasar de una organización que tiene una mirada futura y peloteros de calidad hacia una donde no hay perspectivas positivas por las últimas dos décadas no es nada positivo.

Por otra parte, Yuniesky era considerado hace muy poco tiempo el torpedero del futuro de los Marineros y el ser cambiado dice a las claras que esa organización no estaba contento con su accionar.

Kansas City tiene al joven torpedero Mike Aviles en la lista de lesionados y regresará en la primavera del 2010, es decir, Betancourt tampoco debe estar en los planes de los Reales para la próxima temporada y esto hace mas incierto el futuro del pelotero que nació en Villa Clara.

En 13 partidos que ha jugado en Kansas hasta el momento batea para un pobre .130 y en la temporada su average ha caído a .230.

Desde mi punto de vista los problemas que ha tenido Rikimbili han sido de actitud, y no me refiero de mala actitud hacia sus compañeros de equipos o hacia sus entrenadores. Me refiero a su actitud hacia el béisbol.

¿Por qué? Sencillamente en varias ocasiones sus managers le han pedido que tenga mas disciplina en el home plate, que espere más lanzamientos y se meta en conteos, que reciba más bases por bolas, que se embase más, en fin, que haga funciones para el equipo. Eventualmente los Marineros se cansaron de esta situación y le costó su titularidad en ese equipo.

Yuniesky fue el primero de esta nueva oleada de cubanos que han jugado en series nacionales que incluye a Morales, Ramírez, Escobar, en llegar a las mayores. Y desde que comenzó demostró que los peloteros que llegan de la Isla si pueden batear en esta pelota, cosa que hasta ese momento era una duda.

¿Puede mejorar su rendimiento? Es posible.

Ojala que reencuentre el camino y pueda mantenerse por años en este béisbol, porque en mi opinión, talento tiene para ello.

El Nuevo Herald

Por LUIS E. RANGEL

Coach cubano de Atlanta sueña con ser mánager de Grandes Ligas

Aurelio Cadahia respiraba béisbol y traspasó en sus genes esa misma pasión por la pelota a sus hijos.

Ellos respondieron. Jugaron y amaron la disciplina, y aunque al final ninguno cumplió el sueño que amasa todo padre fanático --tener un hijo jugando en las Mayores-- uno de ellos sí lo hizo por otra vía.

Con el mismo nombre de su progenitor, Aurelio Cadahia Jr., mejor conocido como "Chino'', es miembro del cuerpo técnico de los Bravos de Atlanta, una posición que bien pudiera catapultarlo a un puesto aún más grande, el de mánager de las Grandes Ligas.

"Bueno, eso sería un sueño. Un gran honor'', respondió al respecto Cadahia, un cubano de 51 años por cuyas venas corre sangre española y china --de ahí su sobrenombre-- y quien se encuentra a la derecha del veterano mánager Bobby Cox.

Cadahia, quien es coach de banco de la tribu desde el 2007, ha embebido las enseñanzas del venerable piloto de los Bravos, un maestro por excelencia y tutor de varios mánagers exitosos en la pelota.

La idea de seguir los pasos de otro cubano, Fredi González, actual dirigente de los Marlins de Florida y ex coach de los Bravos, ha revoloteado en la cabeza de Cadahia.

"Si me llega la oportunidad, lo haría. Y creo que hoy en día ya me siento capacitado para dirigir en Grandes Ligas. En este tiempo con Bobby he aprendido mucho, sobre todo, el manejo de los pitchers'', apuntó.

Pero Cox no es el único modelo que ha copiado Cadahia. En su formación también aparece el respeto hacia los peloteros y la actitud positiva, una doctrina profesada por su padre, y años antes por su abuelo en la Cuba natal, en donde fue por primera vez que le inocularon el germen del béisbol, un virus del que nunca se pudo curar.

"Mi abuelo Benito tenía una liga allá. Jugábamos todos los sábados y domingos. Con él aprendí mucho y cuando llegó el momento en que me dijeron que iba a trabajar en las Grandes Ligas lo recordé mucho'', manifestó Cadahia.

Pero en 1965, el primer despertar de la infancia quedó atrás. Junto a su familia abandonó la Isla, se enrumbó a Florida y terminó recalando en el refugio de miles de cubanos, Hialeah.

Allí, en el Benny Babcock Park, se reencontró con la pelota.

"Ahí la pasábamos muy bien. Crecimos haciendo todo tipo de deportes, no sólo béisbol, sino también básquetbol y football'', evocó "Fue un ambiente muy bueno para crecer''.

Especialmente, si el espíritu de la familia era el deporte.

En la Hialeah de los 70, los Cadahia extendieron sus alas. Su hermano Benny, llamado así en honor a su abuelo, también se inclinó por la pelota, incursionó en el béisbol profesional y fue firmado por los Reales de Kansas City. Aunque no llegó a las Grandes Ligas como jugador, sí lo hizo como catcher de bullpen con los Cachorros de Chicago unos años después.

Otro familiar, Mike, un primo, y quien llegó a trabajar como buscatalento para los Marlins de Florida, es ahora scout en jefe para Estados Unidos de los Marineros de Seattle.

"Chino'' sobresalió a nivel local y terminó destacándose en el equipo de béisbol del Miami-Dade New World Center Community College.

En 1977 firmó con los Filis de Filadelfia, y aunque en su paso en las Menores no mostró el mismo brillo dentro del terreno, sí llamó la atención por la manera de entender el juego.

"José Martínez [ejecutivo de los Bravos] y Tom Kelly [ex mánager de los Mellizos de Minnesota] me dijeron que tenía un buen futuro como coach. Y ahí me decidí'', apuntó.

En 1984 debutó como entrenador de pitcheo en las Menores con los Rangers y luego dirigió en diversos niveles por 10 años dentro de la organización texana. De aquel paso recuerda a Iván Rodríguez, cuyo sobrenombre "Pudge'' le fue puesto por Cadahia.

En 1996 llegó a los Bravos de Atlanta y luego después de más de una década en las Menores, hoy por fin porta un uniforme de Grandes Ligas.

"Esto se lo debo a mucha gente. A mis padres y también a mi esposa [Lynn], quien por mucho tiempo me ha apoyado y aguantado, especialmente luego de habernos mudado como unas 70 veces'', dijo con una carcajada.

Quienes sí no se han mudado son sus padres.

"Siguen en Hialeah'', apuntó. Allá los visita en cada oportunidad que su apretado horario le permite y en cada chance lo espera su plato favorito: el picadillo, arroz, frijoles negros y plátanos maduros.

Y seguramente allí todavía recuerdan al abuelo Benito y aquellas partidas de pelota en los soleados fines de semana, en donde se forjó un sueño que hoy vive su realidad en los terrenos de las Grandes Ligas.

Curiosidades Cubanas ¡Kendry!

De otro que no me canso de escribir es de Kendry Morales. El ex industrialista ayer disparó un par de jonrones ante los envíos de Carl Pavano de los Indios de Cleveland y llegó a 20 en lo que va de campaña. El ritmo de su bate es el que inspiró la sección Curiosidades Cubanas en esta ocasión.

Con estos dos batazos llega a una cifra que ya tiene peso en esta pelota, sobretodo faltando 64 partidos para que finalice la temporada regular.

Calculando que Kendry descanse en algunos de los partidos que restan en este 2009 y entrando en el mundo de los pronósticos le deben quedar unas 200 veces al bate en la campaña. El promedio actual de jonrones por veces al bate es de 16.80, de mantenerlo de esa manera puede pasar los 30 cuadrangulares y meterse en un selecto grupo de peloteros nacidos en Cuba que han sobrepasado esa cantidad en una campaña.

Noten que solo cuatro peloteros cubanos han podido dar más de 25 jonrones en una sola temporada, ellos son; Rafael Palmeiro, José Canseco, Tony Oliva y Tony Pérez. Es casi seguro que Kendry será el quinto en esta reducida lista.

Cada jonrón que dispare el inicialista a partir de ahora hará historia entre los toleteros cubanos, juego a juego debe seguir escalando en esta lista y se va a poner cerca de 30 o quizás más.

Por supuesto que todo esto es especulativo pues el futuro es impredecible, pero el paso que lleva es muy bueno.

Hasta hoy está a uno de Alexei Ramírez que es el cubano que ha jugado en series nacionales con más cuadrangulares en una temporada de Grandes Ligas.

Desde ya esta actuación le vale para consolidarse en este béisbol y poder firmar un buen contrato en un futuro cercano.

¿Llegará Morales a 30 y se unirá a este selecto grupo de cubanos? Pienso que si.

¿Sobrepasará algún día la marca de 47 de Rafael Palmeiro en 1999? Solo el tiempo dirá.

Lista de cubanos con más jonrones por temporada

40 +

30 +

20+

¡Que clase de pelotero es El Duque!

Realmente no me canso de escribir sobre un pelotero como Orlando Hernández.

Ayer el periódico Nuevo Herald publicó la noticia de la firma del derecho con los Marineros de Seattle tras su breve paso por los Rangers de Texas

Estas cosas son dignas de mencionar y analizar. Hace unos días no logró su objetivo con Texas, pero, nada, nada detiene a este ser humano en su objetivo de seguir adelante.

Este pitcher no tiene necesidad de ganar dinero pues según www.baseballreference.com ha ganado alrededor de 35 millones de dólares en 11 temporadas. No está luchando por llegar a ninguna meta estadística que lo eleve al Salón de la Fama o lo coloque alrededor de la inmortalidad puesto que llegó a esta pelota mayor y no va a acumular números espectaculares.

Ni siquiera el incentivo de llegar a las 100 victorias pues tiene 90 y no es probable que pueda llegar al centenario de triunfos en esta campaña, esto en caso que sea abridor con los Marineros, cosa que es improbable.

A este hombre lo motiva el béisbol, solo el béisbol y la competencia al más alto nivel.

Este si es un pelotero de esos que juega por amor a la pelota de verdad. Es un guerrero en toda la extensión de la palabra. El apodo que le pusieron gracias a su padre se lo ha ganado y bien ganado. Toda la incomodidad que significa jugar en las ligas menores pasa a un segundo plano para este pitcher, por tal de tener la oportunidad de volver a lanzar en un estadio de Grandes Ligas.

He leído algunas opiniones donde se dice que ya debería retirarse y dejar paso a los más jóvenes. Bueno, El Duque aunque veterano no está acabado ni mucho menos, sus fracasos han sido debido a las lesiones y no a los bates contrarios.

Dominó en la Triple A en sus actuaciones en días recientes, todavía tiene una recta que marca más de 90 millas. En fin, que el no está regresando por un capricho personal, estando ya acabado. Estoy convencido que si comienzan a batearle con comodidad el se retira.

Hernández necesita la competencia, necesita el béisbol, necesita entrar a un terreno de pelota como quizá muy pocos sienten esa necesidad.

Me quito el sombrero ante este lanzador. Yo tuve la oportunidad de verlo el día de su debut en 1987 en el Estadio Latinoamericano y nadie hubiera pensado ese día que 22 años después todavía Orlando Hernández estaría jugando pelota.

El Duque es un ejemplo para todos, no solo en el béisbol, me refiero a la vida cotidiana, ejemplo de perseverancia, de voluntad, de levantarse después de los fracasos. Pase lo que pase estadísticamente en este nuevo equipo, para mí siempre será un ejemplo a seguir. Y debe ser orgullo para todos los cubanos.

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